La Relatividad del Amor

29. Éxito

Después de que salí de la casa de Jules.

Tomé otro autobús y me dirigí al parque que iba con An, quería relajarme tomándole fotos al cielo, ese lugar también tenía una gran vista. Me subía a los toboganes para tener una mejor posición, las nubes hacían un gran contraste con su forma dispersa.

Se podía escuchar por lo lejos el sonido de los columpios, el viento que movía las hojas de los árboles. Escenarios que son perfectos para las personas que admiran los pequeños detalles.

Vista amplia y la mente apagada.

Cerraba los ojos y me dejaba llevar por el viento de ese momento, no dejaba que los recuerdos consumieran mi mente

Yo siempre coloco mi teléfono en silencio, pero ese día se me olvidó. Me llegan unos mensajes, por lo que lo apagué, porque por fin tenía tiempo para mí y es algo que necesitaba.

Mientras disfrutaba de ese pequeño momento, puede notar a un señor que estaba sentado debajo de un árbol pidiendo dinero o comida, se notaba en rostro que estaba cansado y con calor. Con lo que traía en mis bolsillos le compré un helado al señor

Él me lo agradeció con su disfrute al helado.

Yo no soy de querer ayudar a todos, pero le brindo mi mano a quienes se la merecen

Y simplemente me senté en el banco viendo las aves que volaban entre las nubes.

Veo como llega un balón a mis pies, un chico me estaba haciendo señas para que se lo devuelva y luego me invitó a jugar, no tenía mucho que hacer, así que acepté. Conocía algunas personas que estaban jugando ya que eran amigos de Chris.

Jugaba, corría, tenía por fin uno de eso días que sientes que todo es muy Top, aunque sean breves instantes, son formas de quitarme las otras cosas que invadía mi cabeza.

Se dividían los grupos de cinco contra cinco. Mi equipo ganó unos cuantos partidos, marcar un gol a pesar de ser un partido amistoso, era una emoción gigante, al parecer soy importante en un pequeño grupo. Me llegué a caer en varias ocasiones, no me importaba ensuciarme, solo estaba concentrado en una coso, en ganar cada partido.

A pesar que yo dejé de jugar desde que era un niño. Aquél niño que todas las noches que salía con sus amigos, llegaba sudado a la casa después de jugar.

Con el tiempo perdí la emoción, así mismo con mis juguetes, tipos de música, personalidad y fui cambiando.

Sin darse cuenta el tiempo se lleva todo eso y lo pone en su cajuela llamada "Pasado".

Después de algunos partidos ya me sentía cansado, me senté en mi banco para poder descansar. Aproveché para revisar mi Teléfono, vi unos mensajes del trabajo, al terminarlos de leer una sonrisa se reflejó en mi rostro.

Me habían dado un aumento en mi sueldo y mis fotografías las colocarían en primera plana en su revista digital. Me sentía feliz, porque las personas conocerían mi trabajo y de lo que trato de transmitir.

No tardé en comentárselo a mi papá.

-¿Y qué opinas?- Le pregunté.

-¿Qué opino? me siento muy orgulloso de mi hijo exitoso- Responde.

Era de las poca veces que lo decía y eso me alegraba bastante.

Éxito.