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Pov. Remus

El reloj suena tocando la misma tonta y ruidosa melodía, es medio día, la vida me hace un favor cuando la alarma no suena tan temprano, abro los ojos a duras penas, solo para descubrir al insolente sol profanando mi cuarto como si fuera suyo, alumbrando cada parte de el, dejando lucir las prendas esparcidas por el suelo y el poco orden que tenia en esa habitación, tendría que arreglarlo mas tarde.

Me levanto y camino al baño, solo para lavar mis dientes y mi cara, como todas las mañanas peino mi cabello y reconozco que no soy tan feo como suelo decirme a diario frente al espejo. Le sonrió al extraño del reflejo y regreso a la habitación para ponerme lo primero que encuentro en el piso, puede ser mío o no, pero que importa.

En la cocina no me va a mejor, esperanzado busco leche dentro del refri, solo para darme cuenta que como siempre, Sirius olvido comprar los víveres de la semana. Hago una nota mental y tomo el jugo que había dentro y lo vierto en un vaso. 

Todo el mundo esta despierto y activo, abro las ventanas dejando al aire entrar y refrescar mi cálido hogar. Queen me hace compañía con la dulce melodía, mientras intento preparar un desayuno decente con lo poco que hay en la despensa.

Puedo parecer molesto mientras hago mis deberes, pero realmente no es tan malo, internamente doy gracias por poder despertar un día mas y seguir con una rutina tan cliché como la de las películas.

El sol se levanta mas en el cielo, como si eso fuera posible, toca mi piel y me hace sentir el calor que me faltaba. Termino el desayuno y subo corriendo como un niño emocionado a despertarlo a él, al dueño de mi vida y mi corazón

—Bonjour L'amour de ma vie— Beso su cien y aparto sus largos rizos de su rostro, solo para verlo hacer un pucherito y acurrucarse de nuevo —Despierta dormilón, que el sol te espera sentado en la mesa—

Sirius ríe, esa risa que me hace delirar, me toma del cuello y me acerca a él para besarme y abrazarme, claro que lo acepto encantado, tal vez mas por el detalle que por el sabor.

—Bonjour Mon petit loup— Sonríe para mi, solo para mi y por mi 

Me suelto de su cálido abrazo y me levanto, pero que no daría yo por quedarme entre sus brazos toda la vida, o tenerlo junto a mi por siempre.

—Anda, baja rápido que el desayuno se enfriará— 

Salgo de la habitación casi corriendo como un niño enamorado, no puedo evitar el notable sonrojo de mis mejillas y solo pienso en que quiero volver con él, a un lado en esa cama tan cálida y pequeña. Pero prefiero estar con el otro amor de mi vida, se que no debo, pero no puedo evitarlo.

De detrás de la repisa de la alacena saco un paquete de cigarrillos, prendo uno aunque no deba, pues ambos prometimos intentar dejarlo, pero que puedo decir, soy débil y su voz solo me recuerda que él es el mas débil de los dos.

—¡Remus!— Grita intentado asustarme —¡Deja eso!—

—¿Quieres?— Cuestiono mientras intento la peor imitación de un modelo de cigarrillos

Es como un niño, tan fácil de leer y tan fácil de complacer, se sus pensamientos con solo verme, esta esperando un permiso para atacar, uno que no me resisto a darle, deseo que haga lo que quiera, pues después de todo, lo único que yo quiero es a él.

El desayuno queda frio en la mesa, mientras nosotros disfrutamos de vernos un día entero, la semana nos consume y solo queda tiempo para recordarnos cuanto nos amamos, pero son detalles como ese, los que los hacen que sigamos aquí, yo anhelando verlo en la noche y al despertar, incluso verlo llegar con una flor o un chocolate me hace saber que soy afortunado de tenerle. Ir a verlo a su trabajo es una aventura de igual forma, parece un perrito con su dueño a la vista, llevarle comida es una tontería, pues el prefiere robar de su propio ingreso para tener una cita

Routine || WolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora