Gritos y Gardenias

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Junio.
Martes.

Un nuevo dia iniciaba en Seattle, eran las 6 de la mañana y Alex llevaba 45 minutos ensayando las coreografías que presentaría hoy, cuando mandó a instalar el salon de baile, también hizo que lo insonorizan, haci podía practicar hasta tarde o muy temprano y no molestar a su hermana.

Estaba despierta desde las tres y media de la mañana, la razón, sus pesadillas, lo único que despejaba su mente cuando las tenía era bailar, pero AFI no la dejó levantarse, hasta hace un rato, no quería recordar esos tiempos, quería olvidarlos, pensar que nunca pasaron, pero era imposible, los recordaba cada vez que miraba su cuerpo al espejo, todas esas marcas.

 En varias ocasiones le habían dicho que fuera bueno que asistiera a terapia, que le contara a alguien lo que le paso, tal vez así su carga no sería tan pesada.

Su pesadilla más frecuente era sobre aquella rubia, la llamaba bastarda, y aquel hombre que la llamaba su chiquita, pensar en él le daban unos terribles escalofríos.

─cuánto llevas aquí─ preguntó su hermana al entrar al estudio, estaba vestida con ropa de deporte, todas las mañana entrenan, algunas ocasiones como ese dia, practicaban defensa personal y otros salían a trotar cerca de donde vivían había un parque, les gustaba ir ahí, en especial a Alex.

─cuarenta y cinco minutos a lo mucho─ respondió.

─es cierto AFI?─ le pregunto y este ladró dos veces confirmando la respuesta, era un perro muy inteligente. Las hermanas empezaron su entrenamiento matutino, sin saber que eran observadas por un sistema de vigilancia.

Bastian llevaba mirando a Alex desde que se despertó a causa de sus pesadillas, tenía cámaras en cada parte del departamento excepto la habitación de su hermana, tambien tenia cámaras en su oficina y su salón en la fundación. Mirarla aunque sea de esa manera se había convertido en una necesidad vital para el.

Su objetivo era enamorarla, que lo amara tanto como él la amaba, quería ser el dueño de ese maravilloso corazón que ella tenía, sabía muy bien que tendría que llevar las cosas con calma, además de ser muy paciente, conocía absolutamente todo de ella, eso involucra el miedo a que algún hombre la tocara, pero él la ayudará a perder ese miedo.

(sýntoma tha xérete gia ména, tin ómorfi theá mou)

(pronto sabrás de mí, mi hermosa diosa)

Mientras tanto en casa de los Grey, la pareja de casados disfrutaron de un apasionado mañanero, después de tantos años el deseo del uno por el otro no menguaba, al contrario aumentaba, en cuanto a Phoebe, aun seguia dormida.

Faltando pocos minutos para las siete se despertó de muy buen humor, algo que desde hace mucho no pasaba, veinte minutos después bajaba las escaleras listas y se reunió con sus padres en la mesa para desayunar, al entrar al comedor se encontró con la escena de su madre en las piernas de su padre, mientras se devoraban uno al otro, en realidad estaba acostumbrada a encontrarlos en esas escenas y a veces en las que un hijo no debería sorprender a sus padres.

Phoebe─ buen dia─ dijo, ambos se separaron y su madre saltó de las piernas de su esposo del susto.

Ana─ buen dia cariño─ dijo toda roja, a Phoebe le entraron ganas de reír, pero no iba a abochornar más a su madre, en cambio le dio un beso en la mejilla a cada uno.

Phoebe─ cuando regresa Ted?─ preguntó, extrañaba mucho a su hermano.

Christian─ en dos semanas─ respondió tomando su café─ los árabes les están dando más trabajo del que esperábamos, pero lo está solucionando muy bien─ estaba muy orgulloso de su hijo, en poco tiempo le cedería el control de todo, el ya estaba listo para tener el mando.

La Otra Hija De Anastasia Y Christian GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora