"Mentiras" | En Proceso...
Elizabeth Cooper, hija de los alcaldes Richard y Alice Cooper, es una chica malcriada, de ultimo año de preparatoria, que le gusta jugar con los chicos, pues nunca ha sentido el sentimiento de estar enamorada y en su caso...
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"Mentiras"
Una camioneta Suburban regresaba del club de Golf de Riverdale, un lugar donde la gente de "clase alta" se reunía todos los Domingos para, platicar, pasar el rato y divertirse.
Claramente los alcaldes Cooper tienen que asistir siempre, pues son los fundadores de ese club y Richard Cooper lo fundo con el objetivo de hacer algunos negocios claramente "legales", dentro de este. Ya saben repartir tantitos caramelos al pueblo.
Alice Cooper no sabía de esto, ella solamente va ahí y pasa un rato, pero esta vez fue diferente, después de lo que había pasado una noche anterior.
—No puedo creer que te estuviste divirtiendo todo el rato, mientras tu hija sigue desaparecida desde hace 12 horas —replicó enojada—.
Richard solo sonrió
Alice le devolvió su sonrisa sin gracia —Se que no te importa, se que hubieras deseado que Elizabeth hubiera sido un hombre, para poder seguir con tu "prestigioso legado Cooper", pero no fue así —reclamaba molesta. Al parecer toda su rabia contenida la noche de ayer estaba haciéndose presente—. Toda su vida mendigándote amor, para que tú lo único que le des, es infelicidad en su vida.
En ese momento Richard detuvo la camioneta, parándose en seco y por inercia los dos se hicieron para adelante —¡No voy a permitir que mi hija esté con un maldito delincuente! —gritó pegándole al volante.
—Tu hija no hace nada más que cagar su maldita vida de mentira, siempre traté de ponerle todo fácil para que ella lo agarrara, pero ni eso sabe hacer.... —. Alice interrumpió —¡Ese es tu maldito problema!, ¡Déjala sola!, ¡Déjala hacer su vida sola!, Entiende carajo
Richard Cooper volteo a verla con gracia —Una mujer nunca logra nada en este mundo, mírate tu—. señaló con desprecio —Si no hubiera sido por mi, hubieras seguido con ese hijo de puta de Forsythe. No tendrías los lujos que tienes ahora, todos hechos por un hombre.
—Así que mejor cierra la puta boca, que yo, Richard Cooper, ya solucionó todo el cagadero que ha estado haciendo tu hija desde hace mucho tiempo —. dijo volviendo a encender su camioneta y siguiendo su dirección a su gran mansión, con su gran familia de mentiras.
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Luego de estar sentada un rato, y darle vueltas a todo lo que le había dicho Verónica hace unos momentos, tomó su teléfono y le dejo un audio a Verónica.
–Hey V, vale no se cuantas agallas estoy tomando para confesar esto, y no se por que estoy diciéndolo por aquí pero...—tomo una gran bocanada de aire y la soltó .—Me gusta Jughead, me gusta muchísimo, es más, no me gusta, me encanta, y siendo sincera, me he encariñado tanto con él estos últimos meses, que tengo miedo de perderlo .—suspiró .—es tan difícil decirlo pero como tu me dijiste, no quiero que salgamos lastimados, así que se lo dire. Te llamo al rato para contarte lo qué pasó, te quiero.— dijo antes de enviar el audio de voz.
