Capítulo Veinticinco.

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No me resistí, disfruten... 

El viñedo era un lugar hermoso, sin duda, ubicado en las colinas y rodeados de algunas montañas y árboles, daban un ambiente agradable, pero ver los kilómetros de enredaderas de uvas a lo largo del campo era sin dudas su parte favorita.

Desde la terraza de la casa de campo se podía observar perfectamente en todo su esplendor, más temprano se podía ver algunos trabajadores recorriendo los caminos y organizando las carpas para esta noche. Todos sus hombres estaban regados por el lugar observando cada detalle en caso de cualquier inconveniente, sin embargo aún no habían encontrado nada sospechoso y eso lo preocupaba en gran medida. Si el sospechoso estaba esperando el momento de la celebración todo podria salirse de control rápidamente, sobre todo en una carpa con cerca de trescientos invitados.

Suspirando Robert se pasó las manos por su rostro intentando disipar la preocupación de su mente, debería estar agradecido que no había sucedido nada y tener esperanzas en que él sujeto este lo suficientemente nervioso con la presencia del equipo de seguridad que no haría ningún movimiento estúpido esta noche. Si, debería pensar en eso y no ser fatalista, esto último era bastante difícil, toda su vida había visto el lado más negativo de todo y probablemente el resto de su vida seguiría siendo así.

Decidido a despejar su mente desvió su mirada al camino de tierra que conectaba el viñedo con la carretera esperando ver el auto de Skylar, joder como la extrañaba y no habían estado separados tanto tiempo, aunque por el video que había recibido de su cámara de seguridad ella también lo había extrañado, si verla pasar la noche abrazada a AK era indicio de algo; le alegraba saber que el perro y ella habían formado un vínculo, de hecho cada vez que llegaban juntos su perro prefería ir con ella que saltarle encima, no se quejaba ya que por eso había perdido varias camisas, pero su perro parecía estar tan enamorado de ella como lo estaba él mismo, no podía culparlo.

Su mirada se desvió a la carretera de tierra donde una nube de polvo se levantaba detrás de uno de los tantos vehículos que empezaban a llegar, Skylar debería estar en camino y él no podía esperar que llegara, ambos pasarían el fin de semana en el viñedo luego de que todos los invitados se fueran y ¡sí que esperaba este fin de semana! No solamente iban a estar solos los dos sino que dejaría de lado, así sea por unos minutos, todos los problemas.

La carpa de la fiesta empezaba a llenarse lentamente, dentro de ella Nathan estaba con su madre recibiendo a los invitados y Derek estaba en la sala de control que habían instalado en una de las habitaciones revisando las cámaras de seguridad y la lista de invitados, por su parte él aún no se había terminado de vestir, solo cargaba él pantalón negro y la camisa blanca de su traje sin abotonar completamente. Aunque no tenía ganas de ir a la fiesta sin Sky de su brazo, no podía simplemente dejar de lado su responsabilidad, por lo que giro y se encamino a su habitación pasando entre los mesoneros y personal de la gala.

Su habitación convenientemente era una de las más alejadas, quedando en una esquina y con una ventana que daba vista al viñedo. Las paredes eran de un color crema combinado con violeta, aunque para su gusto era algo femenino sabía que a Skylar le gustaría. Mientras arreglaba su corbata le escribió un texto a Sky:

 "Muñeca, no me hagas esperar mucho tiempo."

"No me llames muñeca." Respondió "Ten paciencia. Ya estás listo?"

"Solo me falta algo. Pero no lo tengo."

"Que cosa?"

"La muñeca que me acompañara esta noche, la haz visto?"

"Supongo que dejaste la inflable en tu casa" Riendo ante su ocurrencia se colocó el saco y bajo las escaleras, afuera las luces estaban iluminando el camino a la carpa y los invitados estaban caminando alrededor ya con sus copas en las manos. "No sé qué le pasaría a tu muñeca inflable, pero creo que puedes conseguir una mejor compañía"

La amenaza más dulce.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora