CAPÍTULO 2: Malas interpretaciones

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El timbre de casa me sacó de mi ensimismamiento, la música se debía de haber parado hace tiempo pero no recuerdo cuando, me acerco a mi móvil que descansa sobre la mesilla de noche y veo que tengo varios mensajes del grupo de WhatsApp que comparto con mis gallegas favoritas. Los primeros mensajes dicen que vienen de camino y el último que ya están fuera. Su voz llega a mis oídos cuando abro la puerta de mi habitación, atravieso el pasillo mientras las escucho reír con Fer y empiezo a bajar las escaleras. La primera que me ve es Valeria y en su cara se dibuja una sonrisa orgullosa haciéndome saber que aprueba mi outfit. Esta chica es guapísima, lastima que no sea mi tipo, no solo tiene unos ojos verdes con trazos marrones que te atrapan, si no que junto con su peculiar color de cabello hacen que sea difícil no quedarse mirándola. Pero lo mejor sin duda es su personalidad, Valeria es tan amable, espontánea, agradable, divertida que es imposible no quererla. En los pocos meses que hace que la conozco se ha vuelto una de las personas más importantes para mí aquí. Cuando termino de bajar las escaleras le doy un abrazo de oso, de esos que te hacen sentir seguro, y ella no duda ni un segundo antes de volverme el abrazo con la misma intensidad. Cuando me separo de ella me permito el lujo de recorrerla con la mirada y es que está increíble, lleva puesto un traje verde botella con top negro de encaje debajo, haciendo juego con los tacones negros que adornan sus pies.

Es el momento de saludar a mi pelinegra indescifrable, el hecho de que estea de espaldas a mí mientras habla con mi hermano, me permite observar lo jodidamente bien que se ve con ese vestido verde botella de seda a juego con el traje de Val, la prenda es lo suficientemente apretada para que se le pegue a todas sus curvas, pero lo suficiente holgada para que pueda moverse libremente. Sonrío cuando veo su calzado, esta mujer es tan inteligente como para llevarse unos tenis en lugar de tacones, de hecho creo que esa es una de sus tantas marcas de identidad, en todo este tiempo no la he visto usar tacones nunca, siempre va en tenis, independientemente del lugar al que vayamos o de la ropa que lleve y eso me gusta. Mis ojos se quedan fijos en su culo, y quién puede culparme, tiene un culazo. El carraspeo de mi hermano y Valeria diciendo con un tono cansado pero divertido " aquí vamos de nuevo" hacen que Eira se de la vuelta haciéndome perder la increíble vista, mi mirada recorre su cuerpo hasta llegar a su cara, me lleva más de lo esperado cuando mi vista se centra en su pecho, gracias a que el tipo de vestido destaca su escote todavía más. Cuando por fin me centro en su rostro lo que más destaca es esa sonrisa que tiene, creo que de todas sus sonrisas es la que más me gusta, es una mezcla entre una sonrisa sarcástica, sexual y poderosa. Sarcástica porque ella sin duda lo es y los pensamientos que ahora debe estar teniendo lo son al cien por cien, por eso creo que es tan difícil leerla, porque nunca sabes si está usando el sarcasmo o está diciendo algo real. Sexual porque estoy completamente seguro de que a sus ojos me veo lo suficiente bien como para que su boca se haga agua y su humedad roce sus bragas, y por último poderosa porque sabe lo que causa en mí, haciéndome querer subirla sobre la encimera y hacerselo ahí mismo. Después de que hiciésemos que la tensión sexual se pudiese cortar con un cuchillo, Eira da un paso hacía mí, envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello mientras mis brazos abrazan su cintura y mis manos se posan sobre su culo, mi cabeza busca el hueco de su cuello y después de aspirar su aroma dejo un beso que hace que se estremezca susurro un "hueles genial" y me separo un poco, no para que mis manos cambien de posición solo lo suficiente para poder besar su frente. Eira acaricia mi nuca mientras me dice " si queres te pongo un babero", luego se aleja de mí y simplemente mira la notificación que llegó a su móvil. La risa de Valeria y Fer resuena por toda la casa y yo pongo los ojos en blanco pero mi boca me traiciona mientras muestra una sonrisa divertida, todos estamos acostumbrados a que Eira sea así. Tras las risas la conversación comienza

Fer: Bueno si estamos todos listos deberíamos ir yendo hacía el restaurante.

Valeria: ¿Tan temprano? ¿la cena no empezaba a las 22:00?

Roma ardiendo y tu bailando {GADRI}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora