Ser tus Ojos || ROMANOGERS || Lady Evans x Asterie

9. Lagrimal

Disclaimer: Los Vengadores no nos pertenecen, son de Disney y de Marvel, solo la historia y los personajes que no reconozcan nos pertencen. 

NOTA: Negritas en ruso. 

Apenas eran las cuatro de la mañana cuando Natasha Romanoff se había escabullido de los brazos del soldado que amaba profundamente para comenzar a analizar las notas que Melina le había entregado a sus compañeros en días anteriores.

"No puede ser tan difícil decodificar esto".

La espía bebía largos sorbos de café para mantenerse despierta, tratando de entender los últimos acontecimientos de lo que había estado pasando. Conectaba líneas aquí y allí, mientras examinaba las pocas fotos a las que podía tener acceso, puesto que por su seguridad, Tony le había ordenado a F.R.I.D.A.Y que no le permitiera tener acceso a los últimos vídeos y archivos que se tenían de la misión.

"Hay más de un hilo del que tirar, pero todos nos remiten a lo mismo".

La pelirroja no dejaba de sentir la presión en la espalda, y sentía la inminente responsabilidad de darle un sentido a toda esa ruleta en la que estaban metidos. Yelena y Hunter habían logrado controlar muy bien toda la situación de los medios de comunicación, ocultando completamente cualquier información que vinculara a Sam y María como primer plano. Pero aquello no iba a ser para siempre y sabía que si había un solo ataque más, el gobierno de los Estados Unidos tomaría represalias contra ellos. Porque evidentemente, el general Ross conocía mejor que nadie toda la situación que estaba sucediendo.

"Voy a darles esta semana, y no me importa quienes estén disponibles. Necesito resultados. No los han visto en semanas, y no puedo permitir que todo el mundo entre en pánico"

Natasha había tenido semanas catastróficas, ya había perdido la cuenta de las veces que había estado a punto de morir y sabía que las cicatrices eran como viejas amigas formando parte de su piel. Pero definitivamente, la situación era otra. Ahora sentía como si la conocieran mejor que nadie y aunque no lo gritara, le aterraba que volvieran a cegarla en batalla y que por más que hiciera uso de toda su fuerza, no pudiera salir.

Y Natalia Alianovna Romanova no era una mujer que permitía que jugaran con ella. Quería su venganza.

—¿Debería regañarte por estar despierta a esta hora?

La pelirroja casi se sobresaltó al ver a Ojo de Halcón recargado contra el marco de los jardines observándola fijamente. Las ojeras adornaban sus ojos y sin duda se veía agotado, aspecto que su compañera no dejó escapar.

—Tampoco es que estés en mejores condiciones que yo, cerebro de pájaro-le refutó su compañera sonriendo—¿Qué pasa? ¿Es por Laura?—añadió, adivinando su mirada.

—Nunca en esta vida he sido un esposo machista y tú lo sabes, Nat—el arquero tomó asiento junto a su mejor amiga, mirándola fijamente—Pero no te voy a negar que me siento al borde de la locura. Las cosas son diferentes, han pasado demasiados años y ahora hay tres pequeños de por medio. No dudo de sus capacidades pero... después de ver lo que ISIS ha hecho....

—Detente ahí, Clinton Francis Barton.

La Viuda Negra entrelazó su mano con la del vengador, obligándolo a que la mirara fijamente a los ojos. Sabía de sobra que su compañero estaba llevando la peor batalla mental de todas y desde su propia experiencia, sabía que no había cosa peor que ver cómo alguien se sumía lentamente en sus pensamientos, y sin duda, si Ojo de Halcón no podía enfocarse en batalla, las consecuencias iban a ser devastadoras.

—Laura fue siempre de las mejores agentes de esta empresa y tú lo sabes. La conociste así. Yo sé que las cosas ya no son como antes, sé que no quieres que le pase nada y créeme, yo tampoco—se quedó viendo el cielo por un momento antes de volver a mirarlo—Sabes que volvería a hacer lo que hice por Laura mil veces más de ser necesario así que...