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Abrí mis ojos un día más, camine hacia mi escuela toda contenta con mi mochila de ruedas, zapatos bonitos y lustrados con medias malla, estoy en cuarto año, yo iba sola a mi salón nadie me acompañaba, para mí era una pesadilla y un sueño ir a la escuela, salude a aquella mejor amiga que tenia, sin duda no pude haber escogido mejor amistad, ella me acolitaba en todas las locuras de niñez y también con mis amores confusos, mi hora favorita era el llamado “descanso” mi amiga y yo solíamos siempre jugar fútbol en el descanso, pero eso puede esperar, de reojo en el patio  principal observé a aquel chico de piel pálida, al parecer él tiene educación física, un tinte rojizo cubrió mis mejillas, el volteó a verme y me saludo, me puse nerviosa pero le conteste su gesto, mi amiga me codeo y me guiño el ojo, reí a lo bajo, sin duda mi mañana se alegró.
Esto es una confusión amorosa pero, no dudaba ni un segundo que yo le gustaba, porque me daba a entender eso o yo  lo mal interprete, llegue toda risueña a casa, vaya este día no me ha ido tan mal, estaba por bajar almorzar pero mi hermana me freno, mi hermana era aquella bebé más tierna jamás vista y menor que yo, pude ver como tenía un sobre en sus pequeñas manos, si, era una tarjeta de cumpleaños, leí la tarjeta, sí, me emocione mucho lo veré de nuevo, no era su cumpleaños, era de su hermana.
Se lo conté a Nelly, ella solo se reía porque estaba boba, mi amiga no sabe de amor, si lo estará, me dijera algo.
Llego aquel día especial, y me puse a llorar, aquí estoy mal porque me puse a llorar por algo tan insignificante, un vestido, mi tarde estaba de maravilla, era hora de vestirme, yo quería irme con algo como un pantalón y una blusa, pero  mi mama me dijo que me voy a una fiesta y que soy una señorita, y me puse un vestido blanco, no me gustaba y me puse a llorar, vaya berrinché, en fin estaba vestida y con el cabello planchado, estaba lista.
Llegamos a su callejón, mi mama estaciono el auto, y yo con muchos nervios,  yo iba de acolada porque a quién invitaron a aquella fiesta era mi hermana, pero da igual, hay que aprovechar las oportunidades, total, mi hermano también vino. La madre de la festejada nos abrió la puerta y nos saludó, entramos al salón y habían un par de compañeros de la festejada y amigos de mi querida hermana, lo único que hice yo fue saludar e irme a sentar junto a mi mama, mientras mi hermano iba a jugar con su amigo y mi hermana a jugar con su amiga, aquel chico pálido era amigo de mi hermano y la que cumplía años era amiga de mi hermana y yo, no era amiga de nadie. Estaba escuchando la típica conversación de adultos, me aburría, mi mama me presumía diciendo que yo cantaba bien, odiaba que dijera eso, me encanta cantar, pero no es la ocasión para contarlo, mi mama me codeaba para que cantara, y yo simplemente me quede callada, ya había pasado una hora, estaba a punto de llorar del aburrimiento mientras mis nervios aumentaban, le dije a mi mama que iba a ir al baño, en fin entre al baño y me mire al espejo, lagrima traicionera, me lavé la cara y salí me choque con mi hermana quién jalo de mi mano hasta llegar al cuarto de su amiga, era un cuarto que me hubiera gustado tener, pero me bastaba solo tener un cuarto donde dormir, sin duda agradecida, yo solo observaba a mi pequeña hermana y su pequeña amiga, las dos me caían bien, de repente mi hermana me aprieta la mano, y la mire confundida, me llevo hacia el cuarto de aquel chico, estaba con mi hermano, yo me senté en su cama viendo como jugaban consola, mi hermana empezó a gritar divertida audible solo en ese cuarto, que vergüenza, estaba pegándole al chico, no sé lo que le pasaba a mi hermana, le dije que se calmara pero ella en  cambio me pego a mí. Mi hermano nos hecho del cuarto, ¿y yo que culpa tenía? Mi hermana empezó a pegarlos, me aburrí y me fui a la sala, esperando, la hora de soplar la vela, esos minutos eran eternos, no me la pase muy bien pero al menos lo vi, nos sirvieron la merienda y él estaba al lado mío comiendo, y yo comiendo al lado suyo, yo terminé primero, después de terminar me senté, soplaron la vela, nos dieron las sorpresa, abrió sus regalos, hasta el momento de cansarme y regresar a mi lugar, aquella noche dormí un poco alegre pero cansada.

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