Los minutos pasaban rápido; las conversaciones entre ambos eran interesantes. No tocaron el tema de los pretenders en toda aquella plática, ya que Kagami había entendido que el peliazul sólo quería pasar un buen rato, y el dejar de recordar su trabajo como cazador era un punto clave en el momento.
Aomine contaba su infancia, cómo fue a vivir con Satsuki y aprendió muchas cosas de ella. Después contó sobre su vida en la escuela secundaria, donde se animó de entrar al club de basquetbol y llegó a ser uno de los mejores en el equipo; aquellas anécdotas le costó varias risas por parte de Kagami, quien no podía imaginarse al pequeño Aomine jugando basquetbol y siendo uno de los mejores. Aunque Aomine no lo culpaba por burlarse, todos siempre creyeron que él, por tener un coeficiente arriba de lo normal, se la pasaba en los laboratorios de ciencia e investigando cuantas cosas quería... pero el basquetbol era su pasión más escondida, una pasión que sólo Tetsu y ahora Kagami sabían.
—Tal vez algún día te rete a un partido 1 a 1... Estoy seguro que podría ganarte.— El reto de Kagami no se hizo esperar, ya que quería saber qué tan bueno era su amante en basquetbol
—No me provoques, Bakagami... trapearé el piso con tu cara.
—Tch, maldito.
Después de sus palabras, el pelirrojo arrojó agua en el rostro de Aomine, quien rápidamente se limpió el rostro e hizo lo mismo que el pelirrojo. Así ambos chicos empezaron una pelea infantil con agua, hasta que el líquido incoloro prácticamente se acabó y ambos tuvieron que salir de la tina, pues sus cuerpos empezaban a sentir frío.
Kagami tomó una toalla y la enredó a su cintura, en cambio Aomine decidió simplemente secar la poca agua que yacía sobre su cuerpo y poner la toalla sobre su cabeza, para dirigirse a la habitación.
El reloj marcaba la 1 de la mañana, tal vez era tiempo de ir a dormir, los dos estaban cansados y Aomine pensó que sería una mejor idea hablar con el pretender al día siguiente, después de haber descansado un poco.
—Tengo ropa en el armario, somos de la misma talla, así que no habrá problema.— Habló el peliazul, secando aún su cabello, habiendo salido del baño, señalándole a Kagami que entrara a la recámara y buscara algo de ropa.
—Tal vez no debería. Tienes un gusto horrible en ropa.— Bromeó, mostrando una pequeña sonrisa, caminando hacia la habitación del moreno.
—Idiota.
Apenas había entrado a la habitación cuando sintió cómo el moreno lo empujaba fuertemente y lo tumbaba sobre la cama, situándose derriba de él, en un agarre poderoso en sus muñecas.
—Terminemos lo que comenzamos en el baño ¿Quieres?.
Las palabras que habían salido de la boca de Aomine dejaron sorprendido a Kagami. Sabía que ese momento llegaría, pero no imaginaba que el moreno se vería tan desesperado.
No le dio tiempo de pensar en otra cosa cuando Aomine prácticamente arrancó la toalla que aún se encontraba en la cintura del pelirrojo, y empezó a moverse sobre él, sin soltarlo.
Notó aquellos orbes azules como la medianoche fijarse en él, sin separarse ni un segundo, era como una batalla de miradas que ninguno de los dos chicos quería perder.
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Just love me, pretender
FanficEs el año 3021. Los humanos no sólo comparten el mundo con los de su misma especie, sino que también existen los híbridos: seres que habían sido originados por experimentos que habían salido mal; y con robots: seres que no sólo cumplían los mandatos...