Tú Bipolaridad

Capítulo I

Todo comenzó así......

En medio de mis sueños escucho una voz fuerte que me dice que me levante porque si no lo hago llegare tarde al  colegio, para mi era algo habitual ya que sabía muy bien lo que sea hacía año tras año en el instituto, me levanto y bajó a la cocina a hacer el desayuno veo diferentes opciones pero al final decido comer cereal lo de siempre, después de haber terminado realizo los deberes de mi casa, me organizo y salgo para el Instituto.

Al llegar no veo nada interesante lo mismo de siempre lo primero es una reunión donde el director nos saluda y nos da la información de siempre, después de unos 30 minutos por fin termina su dircurso diciendo *ser buenas personas  conlleva a grandes soñadores* todos nos dirigimos a nuestras aulas y en medio de tanto gente hice contacto visual con el, un chico alto, con una mirada intrigante, unos ojos cafés hermosos y unos rulos perfectos, pasan unos segundos cuando y el deja de mirarme después de eso sigo con mi camino al aula intrigada por saber quien es el de los rulos perfectos, al llegar nos encontramos con el profesor Heworst quien al vernos nos da una cálida sonrisa y a los minutos empieza su clase sobre cálculos, lógica, trigonométrica, pérdida en mis pensamientos vuelvo a recordar a ese chico que me dejó anonadada desde la primera mirada.

Pasaron las horas y sentí como si hubieran sido eternas, por fin era hora de salir y de regresar a mi cárcel algo así llamado casa, cuando me dirigia a la salida me volvía topar con el chico de rulos perfectos de nuevo nuestro contacto visual se hizo presente aunque duró unos cuantos segundos sentí una linda sensación cuando esos ojos cafés me observaron y esa mirada de intriga lleno la mía ¿felicidad? Bueno eso pensé.

Al llegar a mi casa realizo mis obligaciones diarias pasan alrededor de una 4 horas cuando por fin terminó  decido coge mi celular y revisar mi red social en el cual encuentro un mensaje de mi mejor amiga Laura que decía
Ella:
*Vi a él chico nuevo en redes se llama Andrés Jiménez*
Pensé en buscarlo pero al final fui muy cobarde y sencillamente ignore lo que mi mejor amiga me había dicho deje mi celular en la mesita de noche y decidí acostarme.