Tengo ocho pies para enamorarme de ti

22 La piscina de burbujas

Clarence llevó a Aris a nadar hasta la piscina de burbujas y había más y más burbujas a su alrededor.

    Muchas burbujas de aire entraron en la ropa de Alex, si él no hubiera estado sosteniendo las esquinas de la ropa en sus manos, me temo que las burbujas de aire habrían volcado la ropa, cubriendo completamente su cabeza y revelando su cuerpo desnudo.

    Alice se sintió un poco avergonzada al pensar en esta escena, él tiraba de las esquinas de su ropa todo el tiempo, sus muñecas estaban adoloridas y cansadas, y no pudo evitar preguntar: "¿No hay... pantalones?"

    Clarence le dio una mirada extraña: "¿Por qué el tritón usa pantalones?"

    Alex: "..." Difícil de refutar la razón.

    Clarence probó la temperatura del agua y encontró la pradera de algas más cómoda. Los tentáculos se envolvieron alrededor de la muñeca de Alex y le hicieron señas para que se acostara: "Estas burbujas de aire son perfectas, muy cómodas".

    Alex se sentó lentamente, las burbujas que subían constantemente impactaban directamente en su parte inferior del cuerpo, y Su Alteza Real no tripulada se sonrojó involuntariamente, sin saber qué hacer por un tiempo.

    "Solo acuéstate, puedes tomar una siesta", Clarence sintió que estaba de mal humor y presionó su hombro, "Sabrás lo cómodo que es acostarse por un rato, no te mentiré".

    Aris se vio obligado a acostarse, la palma de la mano cubre las partes clave. Afortunadamente, la ropa que le dio el hombre es lo suficientemente grande como para apenas cubrirla cuando está acostado. De lo contrario, definitivamente encontrará una costura para entrar.

    Clarence también se acostó con los movimientos de Alex y cerró los ojos.

    Disfruta de este día tranquilo y apacible en el fondo del mar, tomando el sol a la distancia, haciendo masajes con burbujas, sin pensar en nada, su mente está vacía, sus tentáculos fluctúan con las olas, enroscándose a su alrededor...

    Clarence abrió los ojos de repente, se volvió para mirar las esbeltas piernas de Aris y le quitó los tentáculos con una cara apestosa.

    Es demasiado, cada vez que tropieza sin su permiso.

    Elizabeth se separó a regañadientes del cuello del joven; Philip aflojó lentamente la sujeción que envolvía la muñeca del joven; la ventosa de Nicholas dejó una marca rosada en el costado de su pierna blanca.

    Alexander se negaba tontamente a soltar el tobillo del joven, y Clarence tiró de él con rudeza. El joven se vio obligado a abrir las piernas y patear los pies por reflejo.

    Clarence gimió, accidentalmente perdió el equilibrio y cayó sobre el cuerpo del joven. La palma de su mano inevitablemente presionó contra la piel suave, y de repente apareció una marca roja.

    El rostro del hombre está a un tiro de piedra del joven, y su aliento se rocía sobre su hermoso rostro a través del chorro de agua, si va más allá, puede besar los labios rojizos del otro.

    La otra persona dijo tontamente: "Sí, lo siento."

    Esta frase despertó la conciencia del hombre, los dos se separaron rápidamente y se sentaron rápidamente, espalda con espalda.

    Alex se sonrojó, Clarence se sonrojó y los dos se quedaron sin palabras.

    "Mis tentáculos no son muy obedientes", explicó Clarence después de unos segundos de silencio. "Les gusta perseguirte, solo te estoy ayudando".