9. Los días.

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Ambos estaban en la misma cama, sobre las sábanas, tomados de las manos y mirando al techo como si tuviera algún secreto que debía ser descifrado.

No habían hecho nada "malo" no se habían propasado, solo se estaban conociendo y como niños pequeños solo se tomaban de las manos.

(T/N) decidió hablar lenta y suavemente.

-Hipo... No quiero estar solo....

-(T/N) Tú no vas a estar solo jamás si estás aquí conmigo.

(T/N) se giró quedando en una posición en la que podía ver a Hipo, quién aún miraba al techo.

-No soy la mejor compañía para pasar los días ¿Qué harías si un día no estoy?

-Yo... ¿Por qué preguntas algo cómo eso?

Hipo se giró para mirarlo también, quedaron frente a frente.

-Uno nunca sabe, no sé si para mañana estaré vivo.

-Vamos ¿A qué vino esa pregunta? Tú y yo sabemos que no es por eso de "Mañana quizás no esté vivo".

Hipo apretó un poco más el agarre a la mano de (T/N) y la acercó hacia su pecho.

(T/N) cerró los ojos, miró a Hipo otra vez y luego se quedó viendo a la mano que Hipo puso en su pecho.

-Siempre hacemos misiones peligrosas y a veces con mucha suerte salimos con vida ¿Nunca pensaste en que alguno de nosotros podría morir?

-Lo he pensado, pero...

-Entonces es solo por eso ¿Por qué más te preguntaría qué harías si yo no estoy?

Hipo lo miró sorprendido, como si fuera a decir algo pero se retractó y decidió cambiar ese algo al último segundo.

-Tienes razón.

(T/N) volvió a darse vuelta en la cama, para quedar boca arriba mirando al techo.

Hipo soltó la mano de (T/N) y se acercó un poco más.

Acción que fue totalmente ignorada por (T/N).

Lenta y cuidadosamente puso una de sus manos en la mejilla de (T/N) provocando que este lo mirara a los ojos otra vez.

Se quedó así unos segundos, acariciando la mejilla del contrario con su pulgar.

Se miraron mucho tiempo.

"Eres lo más maravilloso que he visto, lo mejor que me ha pasado."

(T/N) no podía creer en tal afirmación, nadie le había dicho eso jamás y las cicatrices que no solo estaban en su rostro sino que también en otras partes de su cuerpo no lo ayudaban a creer en las palabras del castaño.

A lenta velocidad, el de ojos verdes se inclinó levemente, dejando a ambas narices tocarse.

(T/N) cerró los ojos, así sintió aún más el delicado toque de sus narices.

-Es... Estoy nervioso.

Explicó el jefe.

-¿Me permitirías besarte por... Por favor?

(T/N) se quedó en silencio, estaba pensando en que respuesta darle.

Hipo cerró sus ojos también y así volvió a hablar, presionando sus narices un poco más.

-Deseo por favor que me respondas, tómate tu tiempo pero espero que me contestes... No me dejes aquí colgado.

-Está bien, puedes hacerlo.

🍃𝘼𝙧𝙤𝙢𝙖 𝙖 𝙑𝙚𝙣𝙚𝙣𝙤🍃  𝑯𝒊𝒑𝒐 𝒙  𝑴𝒂𝒍𝒆 𝒓𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora