JOAQUÍN
—No, papi. No es que no quiera estar aquí. Quiero. Es sólo que nunca he estado en esa ciudad y nunca he conocido a Shandra. Me sentiría más cómodo si pudiera traer a alguien conmigo.
—Puedes traer a cualquiera menos a tu madre. No quiero tener que lidiar con ella. Sí quiero que hagas tiempo para pasar con Shandra. Ella realmente quiere llegar a conocerte. Tenemos noticias especiales para ti.
—¿Noticias especiales?
Papá se aclaró la garganta y, cubrió el receptor de su teléfono, y habló en una amortiguada voz a alguien más. ¿Qué otras noticias podría tener? Ya me había lanzado la bomba del matrimonio.
—Shandra quiere que siga y te diga. De esa manera podrás estar preparado cuando llegues.
—Bien... —respondí esperando con un nudo enfermizo en mi estómago.
—Vas a ser un hermano mayor —respondió. Su emoción era inconfundible.
—¿Qué? ¿Cómo? ¿Shandra tiene un hijo? —Nada más tendría sentido. ¿Por qué creería que estaría emocionado por un medio-hermano que nunca tendría oportunidad de conocer?
—No, Shandra no tiene un hijo, todavía. Tú sabes cómo. Tienes dieciocho años. Sabes cómo se hacen los bebés... ¿No? Asumí que tu madre te explicó eso...
—YO SÉ cómo se hacen los bebés papi. Lo que no entiendo es... espera... ¿Está embarazada? —pregunté con horror. ¿Mi papá había embarazado a alguien? ¡Tenía casi cincuenta! ¿Cómo podían hacer eso los viejos? ¡Ugh! Asco. Iba a ser como el abuelo del niño. Papá se rió entre dientes en el teléfono.
—Sí, Shandra está embarazada. Planeamos casarnos esta navidad
¿Cómo respondía alguien a este tipo de noticias? Me hundí en los escalones de la puerta de atrás de la casa de Daniel y apoyé mi frente en mis rodillas. Mi papá continuó con su charla sobre la boda y los planes del bebé. Se mudarían a una casa más grande. Yo no tendría una habitación pero podía compartir la pieza del bebé cuando fuera a visitar. Me dijo que era bienvenido cuando quisiera.
—¿Joaquín? —La voz de Emilio era una distracción bienvenida. Levantando mi cabeza, subí la mirada a Emilio quien estaba en frente de mí con un preocupado ceño fruncido. Me pregunté cuanto había escuchado.
—Papi, tengo que irme. Mi, uh, amigo acaba de llegar y tenemos planes. Te devolveré la llamada después cuando haya decidido qué hacer.
—Vas a venir, sin embargo...
—No estoy seguro papi, tengo que irme ahora. Te llamaré cuando sepa. —Apreté el fin de la llamada antes de que pudiera decir algo más. No podía levantarme para irme todavía; necesitaba un momento.
—¿Estás bien? —preguntó Emilio, bajándose a mi lado cuando era obvio que no iba a levantarme pronto. Empecé a asentir con mi cabeza y terminé sacudiéndola en un "no" en su lugar. Su brazo se envolvió alrededor de mis hombros y me atrajo a su lado. Esa pequeña oferta de consuelo causó que mis ojos se llenaran de lágrimas. Enterré mi cabeza en la curva de su brazo, e intenté silenciar el sollozo que no pude controlar.
Emilio no intentó darme ninguna palabra de ánimo o sin sentido. En su lugar, me sostuvo más fuerte y dejó caer pequeños besos en mi cabello, sien y frente mientras lloraba en sus brazos. Nunca había llorado realmente en alguien antes. Abrirme a compartir mis emociones era nuevo para mí. La parte de mí que estaba sorprendida por este comportamiento fue empujada a un lado mientras absorbía todo el consuelo que podía obtener. Este sería breve pero mientras lo tenía, lo tomaría.
Luego de varios minutos, me las arreglé para controlar mis lágrimas. Levantándome, limpié mi rostro.
—¿Quieres hablar sobre eso?
Compartir con Emilio cómo mi papá tenía una prometida embarazada de veintitrés años no era algo que haría alguna vez. Era demasiado para mí. No quería ver la lástima en sus ojos cuando me mirara. Prefería la lujuria o la atracción. Si me tuviera lástima, no sería capaz de lidiar con eso.
—No —respondí, sentándome y revisando cuán mojada había dejado su camiseta.
—Me secaré —me aseguró con una sonrisa. Todavía podía ver la preocupación en sus ojos mientras buscaba mi rostro. Parte de mí quería que supiera todo sobre mí. Excepto que una parte más grande sabía que nunca me miraría igual si supiera cuan patética era mi vida realmente.
—Gracias.
Emilio se inclinó hacia adelante y dio un suave beso en cada esquina de mi boca antes de cubrir mi boca con la de él. No intentó hacer que me abriera para él. En su lugar, lo mantuvo suave y dulce.
—Mmmmm... he estado pensando en esos dulces labios toda la mañana —susurró contra mi boca.
Fundirse contra él era fácil e inevitable. No parecía que pudiera tener suficiente de Emilio. Él se alejó, mucho antes de que quisiera que lo hiciera y corrió su mano por mi cabello acariciándome.
—. ¿Por qué no vas a terminar de arreglarte ya? Estoy ansioso de tenerte toda para mí por el día.
Mis piernas de pronto estaban en completo orden de trabajo de nuevo. Me puse de pie y le sonreí hacia abajo.
—Dame diez minutos.
Emilio se levantó y comenzó a seguirme adentro cuando se detuvo.
—Em, sí, eh, creo que sólo esperaré en la camioneta si eso está bien.
Daniel no estaba adentro. Se había ido con Eduardo hace una hora pero sabía por qué no quería entrar. Debía haber montones de recuerdos en esta casa que no estaba listo para revisitar justo ahora.
—Bien, no me demoraré —le aseguré.
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Wattpad anda raro pero vamos por 5 caps mas si me deja jajajaj
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2.- YO SOY TUYO (EMILIACO) TERMINADA
FanfictionEl era el chico Osorio perfecto, buenos modales, todo un caballero pero no era mio, el era novio de mi primo Daniel, sin embargo luego de terminarlo por Eduardo ahora me dejaba el camino libre para conquistar a Emilio Osorio. SEGUNDA PARTE DE EL ES...