Único capítulo

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Jimin POV

Como cada día llegué a mi casa triste, cansado y abatido, mas esta vez no solo ya nunca más me sentiría solo. Cerré la puerta bruscamente, apoyé mi espalda en ella y me dejé caer hasta el suelo poco a poco, en el que me senté recogiendo mis piernas contra mi pecho, abrazándolas fuertemente y colocando mi frente sobre mis rodillas. Y lloré, lloré como llevaba queriéndolo hacer todo el día, como lo había hecho cada día de los últimos dos años, desde el día en el que me convertí en lo que soy, desde el día que él tomó mi cuerpo por primera vez y se quedó con mi alma y mi corazón.

Sentí que metían la llave en la cerradura, levanté la cabeza y miré el reloj de la sala, eran las 9:30 de la noche por supuesto, la misma hora de todos los días.

Me corrí con cuidado hacia un lado para evitar que me diera al abrir la puerta y permitirle entrar. Tomé aire un par de veces y me preparé para lo que tenía que hacer, esta sería la última vez que nos veríamos.

— Jimin? Qué haces ahí pequeño? Estabas llorando? —Dijo acercándose a mí y agachándose para secar con sus manos las lágrimas que rodaban por mis mejillas.

— No pasa nada Jungkook, solo necesito que hablemos...

Conocí a Jungkook a los 18 años, cuando entré en la universidad y compartí habitación con su hermano menor, Taehyung. Él tenía 25 años y estaba casado con Lisa, una mujer tan hermosa que se podría comparar con la mismísima Diosa Afrodita. Ellos llevaban 2 años casados y aunque Taehyung hablaba pestes de ella, no daban la impresión de ser infelices.

Recuerdo que la primera vez que lo vi fue en un coctel organizado por la revista que no solo dirigía sino de la cual era dueño. Yo fui acompañando a Taehyung, bueno más bien fui arrastrado por el que me obligó a acompañarlo. Desde el momento en que sus ojos se cruzaron con los míos, sentí un cosquilleo extraño recorrerme todo el cuerpo, y me sentí prisionero de aquellos hermosos orbes negros. No podía apartar mi mirada de él, y sorprendentemente, él tampoco dejó de mirarme.

Taehyung, al que no se le pasa nada por alto, rio divertido y tosió en advertencia, luego nos presentó. Jungkook y yo teníamos mucho en común, por lo que a pesar de la edad nos volvimos íntimos amigos, tanto que Taehyung decía que me había adoptado como a un hermano más, lo cual me dolía terriblemente, pues yo jamás podría verlo así, yo lo veía como un hombre perfecto, uno que me gustaba muchísimo. Supongo que su esposa intuía esto, y por eso jamás nos llevamos bien, ella me odiaba, y yo no la podía ni ver, no porque fuese su esposa, sino porque era una mujer demasiado fría, egocéntrica, arrogante, prepotente, narcisista, materialista y una larga lista de otras cosas...

Dos años después de conocernos, un fin de semana Taehyung me prestó las llaves de una hermosa cabaña que tenía su familia en el bosque, pues necesitaba aclarar mis sentimientos ya que había conocido a un chico que me agradaba y él quería comenzar una relación conmigo, pero lo que sentía por Jungkook me había impedido darle una respuesta a Yoon Gi. Estos días de relax y soledad me vendrían muy bien para poner en claro mis ideas y tomar una decisión.

Flashback

Era la hora del crepúsculo, y estaba sentado en el marco de una de las ventanas mirándolo embelesado cuando sentí un coche acercarse. En cuanto lo vi se me aceleró el corazón y comenzaron a sudarme las manos: era él, reconocería su coche en cualquier lugar.

Del coche bajó mi peor y más dulce pesadilla, Jungkook. Tenía su hermoso cabello castaño más desordenado de lo normal, lo cual quería decir que estaba nervioso y se había pasado sus manos por él demasiadas veces. Iba vestido informal, con unos jeans y un jersey negro de cuello en pico. Me mordí el labio instintivamente, el condenado era terriblemente atractivo para mi propia salud física y mental. Sacó una pequeña maleta del maletero y se dirigió a la puerta. Cuando entró en la cabaña no pareció sorprendido de encontrarme aquí.

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