¿Quién es Jisung? - OneShot Minsung

¿Quién es Jisung?

✔ Un sólo capítulo. 6534 palabras.

"El más bello instante del amor, el único que verdaderamente nos embriaga, es su preludio: el beso." - Paul Géraldy.

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Una tarde tranquila, tal y como las demás; Lee Minho se encontraba sentado en el sofá frente a la ventana, mirando al árbol del cual colgaba un columpio fabricado con la llanta de un viejo camión. El sol empezaba a esconderse entre las colinas del bosque, anunciando la pronta llegada de otro bello atardecer.

En el columpio, estaba Lee Junji, su primogénito, con 12 años de edad. A un lado, sentada junto al árbol y jugando con muñecas, se encontraba Lee Hyori, su segunda hija con apenas 9 años.

La casa estaba en silencio, a excepción del sonido de la madera quemándose en la chimenea. Minho giró su vista hacia los múltiples cuadros con fotografías colgados en las paredes de esa sala. Se detuvo en uno, de él hace muchos años, junto a una mujer vestida de blanco.

Recordaba ese día a la perfección, su boda.

Muchos creerian que fue el día más feliz de su vida, pero eso no era así. Fue un matrimonio arreglado, no era que no le agradara la mujer, al contrario; era un angel. Pero Minho no podía verla más que como una amiga, compañera, una hermana.

A pesar de eso, formaron una familia. Hace 16 años se casaron, 4 años después nació Junji y 3 años más tarde llegó Hyori, a la hora del parto la pobre mujer sufrió una fuerte infección que acabó por matarla apenas un mes después de dar a luz a su segunda hija.

Hoy, en este día tan bello, se cumplen exactos 8 años del fallecimiento de su esposa. Pero evitan recordarlo ya que, según esa mujer "La muerte no es motivo de tristeza, es motivo de celebrar que nuestros seres queridos están en un lugar mejor".

Desde entonces Minho se había encargado de darles la mejor vida posible a sus pequeños, queriendo darles todo lo que el no tuvo siendo un infante.

Parpadeo varias veces seguidas y miró el reloj. Se había perdido en sus pensamientos tanto tiempo que ya era tarde. Miró de nuevo por la ventana y vió el sol casi desaparecido tras las colinas. Sus hijos ya no estaban en el árbol, apenas había luz afuera, así que se asomó por la ventana para después gritar con fuerza:

- ¡Vuelvan a casa, o se pierden la cena!

En unos segundos se escucharon un par de risas, el choque de algunas cosas de plástico y unos pasitos apresurados sobre el césped.

La puerta se abrió, dejando ver a dos minitos llenos de tierra, barro, y posiblemente algún bicho. La menor sostenía en sus manos a sus muñecas y una pala pequeña. El niño, sujetaba una caja metálica cubierta torpemente con dos trozos de tela bastante desgastados, pero aún se distinguía el color y patrón de estas.

- ¡Papá, no vas a creer lo que encontramos en el patio! - Enunció el pequeño con gran emoción.

- Junji no me deja ver, y yo la saqué del suelo ¡parece ser un tesoro! - Dijo la menor, formando un puchero mientras levantaba la pala con orgullo.

Minho no prestó atención, ya que se congeló inmediatamente al ver la caja.

- Niños, esto no estaba cerca de casa, ¿verdad? - Habló Minho, tomando la caja de las manos de su hijo.

- Bueno... - Junji quería dar una explicación, pero fue interrumpido por un chillido de la menor.

- Lo siento papi, prometo que no fuimos tan lejos; pero encontré unos arbustos de flores bonitas y los seguí. Llegué a un viejo árbol, estaba todo negro, y en el suelo se veía eso, quise sacarla y llamé a Junji para que la viera.