Capítulo 8

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Dedicado a mi marchanga preferida @AutumWood

(Ingrid)

-Mira por donde vas novata. ¿Acaso estás ciega o qué mierda te pasa?

Instintivamente bajé la cabeza, entonces recordé que yo no era ninguna pringada ni ninguna novata, no permitiría ni mucho menos que me hablara así.

Reuní todo el valor necesario, mi vista fue a parar en esos ojos miel haciéndoles frente, retando a ver quien ganaría la batalla.

- ¿Qué que mierda me pasa? ¿Qué mierda te pasa a ti? ¿Te crees que puedes ir tratando así a la gente? -le contesté airada.

-Sí, puedo ir tratando a la gente como me de la real gana- se acercó mucho a mí.

-Bueno pues podrás recibir a las personas como un animal, pero a mí no- le aclaré.

Su estúpido rostro contenía una sonrisa burlesca y arrogante, dos cosas que odio en un ser y que en este estaban unidas y se complementaban.

-Te exijo un disculpa.

- ¿Perdona? -cuestionó incrédulo.

-Yo estaré ciega, pero tú estás sordo como una tapia. Como se nota que no te sueles mirar mucho al espejo- afirmé.

-Es que no me hace falta.

«Será cretino el muy marchango*. »

-Se nota...

-¿Cómo has dicho?

- ¿No lo has oído? Problema tuyo- lo desafié.

-Lo he oído muy bien, pero no creo que una niñata como tú se atreva a decírmelo en la cara.

« ¿Me estás desafiando? ¿A mí? »

-Se nota que no te ves mucho en el espejo. ¿Por qué será? ¿Es tanto el orgullo herido que no puedes soportar tú hipócrita rostro delante de un cristal?

-Mira estúpida, no te pases de la raya- me advirtió.

- ¿O qué?

Sin preveer su acción me empujó contra la pared, lo que provocó que me arqueara de dolor, aunque este fue leve no significó que no me molestara.

Lo fulminé, mis ojos oscuros seguro que en este momento desprendían chispas de cólera e ira como si de un fuego que amenaza con crecer se tratara.

Me zafé de su agarre y con el mismo brazo que me había retenido, lo cogí y se lo retorcí lentamente haciendo que sus músculos y tendones sucumbieran ante mi defensa.

-Esto y mucho más es lo que puede pasarte- le advertí en un susurro al oído mientras lo tenía inmovilizado.

- ¡Señorita! Está usted loca ¿qué cree que está haciendo?

De repente dejé caer su brazo, ante ese comentario.

«Que no sea quien yo creo, que no sea quien yo creo. » Crucé los dedos.

Me atreví a girar mi vista y sí, mis sospechas se habían hecho realidad.

« ¡Mierda! La directora. »

(Kay)

-Mira por donde vas novata. ¿Acaso estás ciega o qué mierda te pasa? -dije realmente enfadado.

Era una novata, se notaba por cómo bajaba la mirada intimidada por mí. Sin embargo, hizo algo extraño.

Esta misteriosa chica juntó valor y alzó la vista hasta mis ojos retándolos sin miedo alguno. Fue como si aquel sentimiento que de principio la había paralizado se hubiera retractado dejando una personalidad salvaje pero seductora a la vez.

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