Amnesia: Todo se olvidó.

CAPÍTULO 2.

— ¿Eso es cierto, Xiang? — preguntó la joven morena preocupada de las acusaciones que su amigo alegaba.

— Solo fué un accidente, no fue mi culpa.

— ¿Por qué? ¿Por qué lloras? ¿Tu madre murió? ¿Desdicha? ¿Dolor? O quizás es la culpa que te carcome.

— Cállate, ya cállate.

Xiang estalló sus manos estaban tapando sus oídos, sus lágrimas eran aún más abundantes que al principio de las palabras que soltaban para ella, tenía tanto miedo y temor, era increíble la máxima ansiedad que sentía en ese momento de ataques contra ellas, quería huir, quería dejar de sufrir. Su grito se intensificó mientras corría fuera del salón asignado, alya dudo en seguirla o no, se sentía confundida sabía más que nadie el dolor que tubo al perder a su madre pero jamás había sentido y vivido está faceta de su amigo Nathaniel.

— Nathaniel — susurro alya viendo a su amigo — Siento incorrecto lo que acabas de hacer, ese no eres tú ¿Que te ha pasado?

— Ja' es enserio alya, te pondrás de su lado — respondio sarcásticamente Nathaniel observando fijamente a su amiga. — Tú eres mi amiga, nos conocemos hace 10años y tú te pones de su lado, ella provocó la muerte de mi madre. Eres una estúpida que no sabe qu...

Sus mejillas ardieron en ese momento tanto que no pudo terminar sus palabras, alya le había proporcionado una bofetada en sus mejillas, su rostro ardía de irá por las palabras de su amigo, quería explotar en esos momentos.

— Me decepcionas Nathaniel, y te advierto puedo ser muy tú amiga pero siempre defenderé lo justo.

Alya se había retirado del alcance de Nathaniel proporcionando pasos rápidos para atrapar a la joven quien había sido insultado por este último, nunca había sentido tanta desesperación como la que vivía ahora, solo quería encontrar a la joven y brindarle su apoyo, ella siempre había sido una chica bondadosa, ayudaba a todos sin importa su pasado o quién fuera, peleaba por lo justo sin dudar dos veces, aún así ella saliera perjudicada en el momento. Pronto salió del campus sin poder encontrar rastros de la joven, se sentía confundida por todo lo ocurrido, y como si un milagro hubiera ocurrido diviso no muy lejos a su objetivo, corrió y se acercó a ella.

—Xiang por fin te encuentro. — hablo sofocada sudando por correr sin parar — Discúlpame si mi presencia te molesta pero no puedo dejarte ir luego de todo lo que te dijo Nathaniel, tenía que asegurarme de que estuvieras bien.

— ¿Estar bien? no conozco esa palabra, por favor déjame sola. — su cabeza estaba undida en sus piernas, llenándose de lágrimas que no dejaban de cesar.

— Debes entender a mi amigo, el ha sufrido una perdida muy grande una persona que amaba más que su vida, no quizo decir todas esas palabras. Estoy segura que solo esta cegado por la ira.

— ¿Entender? — cuestionó xiang alzando su mirada — no puedo entender, no puedo comprender el sentido de sus palabras, yo estuve en ese accidente lo viví en carne propia, yo no pedí ser salvada. Así que no puedo comprenderlo, yo también sufro por todo lo ocurrido. — gritó

— Lo siento no debí decir todo eso. — respondió alya tomando los brazos de la joven llevándola a su pecho aferrandola a su cuerpo — Se que no nos conocemos pero ahora yo estoy aquí. — así el llanto se hizo presente de nuevo, aferrandose al cuerpo de alguien que solo conocía hace unas pocas horas.

Aquel día fue doloroso para Aranda, su tristeza la llevaba al límite de pensamientos absurdos, su soledad la llevaba más allá de querer ejercer daño sobre ella misma. Más sim embargo alya se había convertido en su amiga más íntima, evitaba que su dolor la carcomiera, se volvió en su escudo como si su misión fuera cuidar de ella, más no podía evitar comentarios de su amigo, el no aceptaba el simple hecho de que todo fuera un accidente solo culpaba a Aranda como la única responsable del suceso, las humillaciones, los gritos, y más que otro accidente se los proporcionaba a aquella joven de delgado cuerpo. No le importaba su bienestar, solo saciaba su sed de irá tras xiang.