Ya era de día, parecía una mañana tranquila, el sol se asomaba en la habitación, el sonido de los pajaritos anunciaban la mañana. Frote con mis manos mis ojos y al momento, a los gritos entra la monjita.
-¡¡¡Arriba, arriba!!! Buen día niñas. Vamos a levantarse, vamos que se va hacer tarde para el desayuno -anunció gritando sacudiendo algunas niñas.
Mientras algunas exclamaban "por favor un ratito más", "es muy temprano hermana Graciela", "No grites por favor", "Odio levantarme témpano", "Por favor hermana Graciela tengo mucho sueño".
-Vamos mis nenas se tienen que levantar, sino va a venir la hermana Estela y va a poner el grito al cielo -afirma desesperada y todas de un salto se levantaron- Muy bien así me gusta, a cambiarse y luego vayan a cepillarse los dientes.
Fui hacia el ropero escogí mí ropa y luego guarde mi pijama, busque mi pasta y mi cepillo de dientes. Cuando entro al baño me encuentro a Tamara, Sabrina y Catalina. Las tres me miran de arriba abajo, no les doy mucha importancia y me pongo a cepillar mis dientes.
-Vamos chicas, rápido que los demás están esperando para cepillarse los dientes. Las que van terminando hacen fila afuera para ir al comedor.
Termino de cepillarme los dientes y salgo afuera a ponerme en la fila en donde están los demás. En eso se coloca detrás de mí Catalina luego le sigue Tamara y atrás de ella Sabrina.
Íbamos ya caminando hacia el comedor, Catalina comienza a molestarme tirándome del pelo una y otra vez.-Catalina deja de molestar a Melina porque te quedas sin desayuno -le advirtió firme-, y yo le hago una sonrisita picarona, me doy la vuelta y se lo hago saber.
Entramos al comedor, había tres mesas largas hacia los costados y en el medio, en frente se encontraba una mesa un poco más chica que ésta. Nos ubicamos en los asientos. Cuando aparecieron las demás monjas todas de inmediato se pusieron de pie, entre ellas se encontraba la hermana Estela.
-Buenos días -dice muy seria- Tomen asiento por favor -siempre con su tono autoritario. -Todas saludamos con un "Buenos días hermana Estela, buenos días hermanas" y nos volvimos a sentar.
Al rato llega la hermana Graciela con otras tres monjas a servirnos el desayuno, nos dieron; mate cocido, una rodaja de pan con manteca y mermelada y otra con manteca y dulce de leche.
-Debemos pedir las gracias por esta comida a Dios. Tomen sus manos y recemos todos juntos -nos agarramos las manos y comenzamos a rezar. -Amén. Pueden comenzar a comer, en silenció por favor -empezamos a comer nuestro desayuno, no volaba ni una mosca nadie decía nada, solo se escuchaban las monjitas que hablaban entre sí. -Quién ya terminó puede recoger su mochila para ir a la escuela y esperan en el pasillo.
Al terminar de desayunar me retiro del comedor y espero en el pasillo ya que no tengo con qué ir a la escuela , me siento en el suelo de tanto esperar, hasta que se acerca la monjita.
-Corazón, ¿Qué haces en el suelo? -me dice de manera dulce.
-¡Ah! Hola monjita. Nada, estoy acá. No tengo con qué ir a la escuela -le comento desanimada.
-¡¿Monjita?! Jaja. Que tierna. Ah, se me había olvidado, ven. Acompáñame así te doy todo lo que necesitas para ir a la escuela -me levanto y la sigo, me da un guardapolvo blanco y una mochila con cuadernos, una cartuchera con todos los útiles adentro de ella.
-Gracias. -sonrío.
-A ver, te voy ayudar a poner el guardapolvo.
La miro porque me causa tanta ternura, actúa como si fuera una abuela la verdad no sé qué se siente eso ya que no puede conocer a ninguno de mis cuatro abuelos. Cuando terminó de ponérmelo, le doy un abrazo fuerte. Ella no dice nada solo me devolvió el abrazo mientras me palmea la espalda de manera cariñosa. Nos miramos y nos sonreímos.
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Las Cuatro Reinas
RomancePasaron por el peor infierno en el orfanato "Las Tres María", cuando lograron escapar se chocaron con la cruel realidad vivían a su suerte en la calle actuando como criminales, robando lo que podían para sobrevivir. ¿Qué pasará cuando le roban a una...