Pasó otra vez y yo no puedo hacer nada por evitarlo, simplemente he tratado de ocultarlo, hacerme la fuerte, cubrirme con una máscara imaginaria la cual sólo hace que me sienta más vacía por dentro.
No me gusta sentirme así, y no me gusta el hecho de que pasó otra vez, es un día nublado en mi corazón y verte allí tirada, vulnerable y con lágrimas como suave lluvia en invierno por tus lindos ojos no ayuda en nada a sentirme menos inútil.
Ya ni recuerdo el por qué, pero pasó otra vez y no hiciste nada para detenerlo, yo en cambio aún siento dolor en mis brazos, pero valió la pena si es que así no veo el morado que ahora surca mi piel en tu piel, ya que eres más valiosa que yo, tú eres mi tesoro y me duele que él no vea lo maravillosa y hermosa que eres, por que lo eres aún con las ojeras negras en los párpados o sin el maquillaje que el te prohíbe usar por que realmente sabe que eres demasiado buena para él.
Sí, sí lo eres. Aunque no lo veas así, tú eres demasiado buena para él, lo eres.
Y me entristece que no lo veas así, por que realmente eres hermosa de muchas formas.
No puedo creer que lo hayas perdonado otra vez, simplemente lo hiciste.
Pasó otra vez, y tú sólo lo aceptas y ni siquiera te esmeras que evitarlo... Sé que tienes miedo, lo sé, pero déjame ayudarte en ésto, yo sé que podré hacerlo.
No tiene por qué haber un día nublado más en tu corazón, ni en el mío, no tenemos por qué tener miedo.
No tenemos ya por qué sentirnos solas.
No tenemos por qué dejar que pase otra vez.
Seremos felices muy pronto, lo sé.
Las luces llegaron y los cazadores liberaron a Caperucita y su madre del lobo feroz.
La paz las inundó y un día de profundo cielo azul y el Sol brillante iluminó sus corazones.