16.DALE TIEMPO

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 Taemin apenas si podía comer, en realidad sólo pasaba la guarnición de su platillo de un lado a otro. Si fuese un chiquillo, seguro que su hermano ya hacía rato que le hubiese llamado la atención por estar sólo jugando con los alimentos. Estaba seguro que el último bocado que dio lo traía todavía atorado en la garganta y ni los tragos grandes de agua que había dado lograban desatorarlo.

– ¿Qué sucede cuñado? ¿Te sientes mal?

Maldita la hora en que Taemin había decidido asistir al almuerzo familiar, este día no se encontraba para reuniones ociosas, no. No cuando la noche anterior Minho se disculpó por no acompañarlo, argumentando un compromiso previo con un viejo amigo. Por supuesto que Tae no le creyó. – [[¿Cómo es posible que sea yo un perfecto idiota? Un compromiso, mis huevos.]]

Ahora fue su hermano Jinki quien le llamó, pues no les estaba prestando la más mínima atención.

– ¿Qué, qué dices? La verdad no te escuché. – Taemin se puso de pie, dejó la servilleta sobre la mesa.

– Discúlpenme todos, hoy no me siento bien, creo que me voy a enfermar, anoche me sorprendió la lluvia en la calle y no llevaba paraguas. Voy a pedir un taxi. – Soo-Hee hizo un asentimiento a Jinki.

– Antes de que te vayas tengo algo que darte. – Mencionó Jinki. – ¿Me acompañas a la biblioteca?

– Está bien, pero que sea rápido. – Asintió Taemin.

Ambos entraron, Jinki cerró la puerta. – Por favor siéntate Tae.

– No hagas esto Jinki, no estoy de humor para tus sermones dominicales. Por eso ni siquiera voy a la iglesia, me aburren las peroratas de siempre.

– Tae, prometo no joder. Quiero escucharte. ¿Es Minho, verdad?

– Sí. ¿Sabes qué, Jinki? Tu hermano sigue siendo el mismo pobre pendejo, enamorado de algo que nunca va a ser.

– ¿Hablaste con él? ¿Ya sabe todo?

– Sí, a todo. Pero...

– ¿Por qué te callas?

– Ya no quiero continuar haciéndolo. Ya me cansé, toda mi vida ha girado en torno a él. Y ayer en la noche cuando me dijo que no podía venir. Entendí por fin que Minho no podrá verme jamás como una pareja. Él es tan hetero como tú. Volví a caer en mi propia necedad de querer a un hombre que no es gay. Lo único malo para mí es que mi necedad siempre ha sido Choi Minho. Siempre.

– Tae, no es necedad, es amor. Simplemente amor.

– Jjajajajajja. ¿Amor? Querrás decir pendejez. Simplemente pendejez.

– Hermano, no seas tan duro contigo.

– ¿Realmente eres mi hermano Jinki? ¿Tú, diciéndome eso?

– Tae, prometí que no te iba a joder más, ya no lo volveré a hacer. Te amo, como para continuar con mis egoísmos. Ya no.

Taemin se le quedó viendo con melancolía. – Gracias, supongo.

– ¿Por qué no vino?

– Un compromiso previo. Pero sé que es mentira.

– ¿Cómo es qué lo sabes?

– Hace unos días hubo algo, por lo que pensó ya no iba a volver a verme. De pronto decidió que sentía algo más que simple amistad por mí. Me besó, fue exageradamente casto. Pero como siempre me ilusioné como un colegial. Él simple y sencillamente no está preparado para una relación amorosa con otro hombre. Ni lo estará.

– Anoche cuando le dije que viniera al almuerzo, pude ver el terror en sus ojos. No quiere dejar a un lado nuestra amistad, siente que me debe todo lo que tiene ahora. Pero amor de pareja, eso no podrá ser. Lo intentó por dos días, pero ayer se dio cuenta que lo homo, o bi, no están dentro de sus preferencias sexuales.

CORAZONES SOLITARIOS (2 MIN)🔞 [EDITADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora