16. El incidente en la piscina

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—¿Vamos de viaje? —preguntó North después de haberse divertido molestando al pequeño hasta quedar satisfecho. Extendió su brazo para que Baimon lo usara como almohada, apartó el cabello de su rostro y le secó el sudor. Para finalizar, le dio un besito en la nariz y le sonrió dulcemente.

Era una situación algo embarazosa, pero Baimon ya tenía suficiente práctica como para mantener el contacto visual, aunque sus mejillas estuvieran ruborizadas.

—¿A dónde? —preguntó Baimon.

—¿A dónde te gustaría ir?

—No lo sé, no tengo un lugar en mente en particular.

—Entonces, ¿qué te parece si vamos a un resort en la montaña...?

—Tú decides. Iré contigo a donde quieras ir —respondió Baimon, dejándolo completamente a su elección. No era alguien que disfrutara mucho de viajar, así que no tenía muchas ideas sobre a dónde ir durante las vacaciones. Por lo tanto, si su novio quería ir a algún lugar, él lo acompañaría sin dudar.

—Por eso fue que me seguiste antes —comentó North.

—¿Antes?

North sonrió con picardía.

—Me refiero a cuando te llevé al paraíso hace un rato, Baimon me siguió inmediatamente.

¡..!

—No, espera, tú llegaste al paraíso antes que yo. Ah, eso significa que quien me llevó al paraíso fuiste tú, no yo.

—¡North!

El tono grave de la risa de North resonó mientras abrazaba más fuerte a la persona en sus brazos. Aunque no estaban completamente desnudos, la situación era bastante íntima, y había un alto riesgo de que la sesión de amor se repitiera por segunda vez.

—Entonces, ¿vamos a un resort en la montaña mañana? ¿Qué te parece antes de que nos sumerjamos en la investigación y no tengamos tiempo para descansar?

—Me parece bien, ¿vamos a pasar una noche?

—Sí, lo tomaremos como un cambio de ambiente. Desde que estuvimos en la playa, no te he molestado en ningún lugar más que en esta cama. Oh, la vez pasada fue en el sofá, ¿no? Hmm, solo nos falta en la cocina y en el auto y... ¡Ay, ay, ay!

—¡¿Qué estás diciendo?! —Baimon, incapaz de soportar más, le dio un puñetazo en el pecho a North, golpeándolo repetidamente. Aunque le dolía, North se divertía más al provocar a su nervioso conejito.

—Si vamos a viajar mañana, ¿deberíamos irnos a dormir ya?

—Sí...

—¿Te sientes pegajoso? ¿Quieres darte otra ducha?

Baimon negó con la cabeza.

—No, solo quiero dormir. Puedo aguantar; no quiero levantarme de la cama.

—Está bien, entonces déjame que te limpie con un paño húmedo para que duermas más cómodo.

Baimon no respondió, pero tampoco se opuso. Al ver esto, North se levantó de la cama y se dirigió al baño. No tardó mucho en regresar con una pequeña toalla húmeda, con la cual limpió el cuerpo de Baimon hasta que quedó completamente limpio.

North casi sintió que se excitaba de nuevo, pero al ver los ojos somnolientos de Baimon, decidió contenerse y calmarse en el baño.

Admitía que era bastante egoísta en ese aspecto. Nunca había habido una vez que tocara a Baimon y se detuviera en una sola ocasión. Cuanto más se unían en cuerpo y alma, más se enamoraba de él. Siempre quería provocar que Baimon emitiera esos dulces gemidos y repitiera su nombre una y otra vez.

Más allá del amor, Mon [#เหนือคำว่ารักหม่อน ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora