Capítulo IV: Deseos nocturnos

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Cuando entre a casa Giry aún no había llegado el señor Jean Baptiste y Marie estaba en la cocina preparando la cena, la saludé con un abrazo como nos habíamos acostumbrado a hacer de unos días para acá, ella me había confesado que me tenía mucho aprecio porque me parecía a su hermana mayor, a quien había perdido hace mucho tiempo.

-¿Cómo te fue en la Ópera, Kami? Si quieres puedes cenar de una vez.

Tomé asiento en el mesón de la cocina y Marie me entrego un cuenco de sopa, ella se sentó a comer conmigo.

-Me fue bastante bien, vimos el Cascanueces y fue realmente mágico verlo en el Palacio Garnier, de verdad gracias por dejarme ir aunque te avise de imprevisto- comí una cucharada de la sopa y estaba realmente deliciosa.

-Tranquila, no hay de qué. Me alegra que te fuera tan bien, ese ballet es muy lindo. De hecho, te quería comentar que cambie de horario en el trabajo, ahora los lunes, martes y jueves salgo a la una de la tarde. Le daré la noticia a JeanBi cuando llegue- ella también tomo una cucharada, pero antes de comer siguió hablando: -Lo que quiere decir que esos días estás libre, Kamille. No tienes que llegar temprano para cuidar a Lucas porque podré estar aquí con él, ¿Qué te parece?

Me sonrió y yo le devolví la sonrisa: -Me parece excelente, podré tener más tiempo para hacer los trabajos de la universidad y salir a conocer los demás monumentos históricos de París.

Me entrego un trozo de pan y acompañe la sopa con eso. Comimos en silencio hasta que recordé todo lo que había pasado en el día y que debía hablar con ella.

-Disculpa, Marie, ¿Podemos hablar de lo que me enseñaste ésta mañana? El artículo de Christian Chagny.

-Oh, por supuesto querida- ella vio para ambos lados, al cerciorarse que no estaba Lucas cerca, continuó: -Quise enseñarte esa información porque al parecer no estabas enterada de quién era ese hombre, ahora que lo sabes, me gustaría saber qué opinas de él. Estoy consciente de que ha actuado mal, pero se nota que tiene mucho interés en ti, ¿no has pensado en tal vez darle una oportunidad?

Negué con la cabeza, era realmente increíble la diferencia de mentalidad que tenían aquí en París, en Venezuela si un hombre te acosaba o te hacía algo malo debías denunciarlo y si la ley no hacía nada, mayormente tus propios seres queridos se encargaban de esa persona. No le haría saber eso a Marie, era tan ingenua que no tenía idea de lo malvado que podía ser un hombre como Christian Chagny.

-Marie, entiendo lo que me quieres decir, pero ahora que me has dado esa información sobre ese hombre mi imagen de él no ha cambiado para bien, de hecho ahora le tengo mayor temor...

Ella se encogió de hombros: -Imagino que actuó así contigo porque no le diste la oportunidad, nunca se sabe cómo puede reaccionar la otra persona ante nuestras decisiones. Si no quieres tener algo con Chagny es entendible, sobre todo por el mal rato que te hizo pasar, aún así Kamille- me hizo verla a los ojos: -Muy pocas mujeres tienen la oportunidad de salir con un hombre de su altura y tú que quieres tener tu futuro aquí, me lo pensaría.

-Pero Marie, yo no vine a este país a buscar esposo, vine a estudiar mi carrera universitaria para poder trabajar en alguna empresa y crecer laboralmente, como todo el mundo.

Ella suspiro: -Eso está bien, Kami, pero piénsalo, eres joven y puedes un día simplemente salir con él, a ver qué tal te va, eso no te obliga a casarte. Ten en cuenta que no puede hacerte nada malo porque se vería perjudicada su reputación. De todas formas, es un simple consejo que yo te doy. La decisión queda en ti.

Ella se levantó de la mesa y recogió los platos para lavarlos. Yo me quedé pensativa y decidí subir a mi habitación para ponerme cómoda e ir a la cama.

Me enamoré del Fantasma de la ÓperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora