No Te Metas

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Agarre uno de los baldes llenos de agua lo coloque cerca mío me agache y comencé a pasar el piso.
Ninguna hablaba todas hacíamos lo que nos ordenó. Me acerque hacia la ventana era un hermoso día soleado todos juegan afuera mientras que yo tengo que soportar a las tres víboras y las órdenes de la madre superiora.

-Esto es tu culpa conchuda -comentó Sabrina.

-Yo no les pedí que me fueran a defender -le aclaré.

-Nosotras no fuimos a defenderte -me dice con los brazos cruzados Catalina.

-Nadie quería defenderte, solo queríamos que la paguen ese grupito de machitos que nos molesta siempre -aseguró Tamara.

-Sí claro -le respondo poniendo mis ojos en blanco.

-No te hagas la viva ni mucho menos la pobrecita porque de pobre no tenes nada -me amenazó mientras agarra mi brazo ,me la saco de encima de inmediato agarro el balde de agua y se lo echo encima.

-Para bajarte la calentura conchuda de mierda. 

-¡Ah no! ¡Yo te voy a matar! -agarra el balde y me lo tira y sin querer salpica a las demás.

-¡Mira pelotuda! -le dice a Tamara.

-¡Sos una mierda Melina, por tu culpa también me mojo! -a punto de llorar Sabrina.

Y comenzamos a tirarnos agua entre nosotras y luego nos agarramos de los pelos.

-¡Paren! ¡ya basta! -nos detiene el grito de la hermana Estela- Miren el desastre que han echo. Esta todo lleno de agua.

-Fue Melina la que empezó -me señala.

-Es cierto lo que dice Tamara. Nosotras solo nos defendimos.

-Es verdad y, no solo eso nos hizo. Fue ella quien nos golpeó en la escuela.

-No es así se lo juro. Ellas fueron las que empezaron todo este lío. Yo solo me defendí -le digo con mis manos suplicando.

-¡Bueno ya basta! Estoy harta de ustedes. Y, en vez de tres días van a tener una semana y van a tener que limpiar los baños. En cuanto a vos mocosa una más y vas a tener el peor castigo de tu vida, ¿entendido? -me advirtió- Limpien ¡ya! Este desastre. Quiero todo limpio sin ninguna gota -nos mira y se da cuenta que no reaccionamos -¡Ahora! -escuchamos el último grito y nos pusimos a terminar de limpiar.

Ya era de noche, ya todos nos fuimos a bañar, con la pijama ya puesta me fui hacia la habitación, me esperaban mis amigas sentadas en mi cama.

-Hola chicas las extrañe -las saludo con un abrazo a todas.

-Nosotras también.

-Nos enteramos de lo que pasó.

-Perdón por no estar para ayudarte.

-No es su culpa, es mía.

-No es tu culpa, es de esas conchudas de mierda que no dejan en paz a nadie.

-No hay forma de pararlas siempre terminan haciendo lo que quieren.

-Sí claro, por supuesto que hacemos lo que queremos -se acerca Catalina del grupito de las insoportables.

-No te metas. Ándate con tu tres amiguitas arpías -le respondo.

-¡Ellas no son mis amigas!

-Ni loca soy amiga de estas... jamás me juntaría con gente tan sucia -Sabrina alcanzó a escucharnos.

-Ni yo con vos rubia fina.

-Gracias por el piropo.

-Vayan a otra parte nadie las invito.

Las Cuatro ReinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora