Obsession | HyunLix

21 | Dolor

¿Saben que se siente cuando te rompen el corazón? Como te duele allí, igual que un golpe físico. Sentía que tenía un cuchillo clavado justo en el medio de él.

¿Por qué?

Desde aquel día no he vuelto a decir ni una sola palabra, como si la maldición del silencio eterno impedía que lo hiciera.

¿Por qué no solo moría? Así evitaba cargar con el dolor. Los nudos en mi garganta eran interminables, mis ojos dolían, estaba hecho mierda.

En mi mente recorrían miles de recuerdos, logro atrapar aquel, aquel que me hizo sentir como estoy ahora, roto.

—Hey, chicos, vengan— menciona Hyunjin.

Los chicos comienzan hacer un círculo entre ellos.

—Les quería decir lo mucho que los amo, son lo mejor que me ha pasado en la secundaria— dice Hyunjin.

—Ay que lindo, pero estas borracho ahora— dice Changbin burlón.

Estos sueltan una carcajada.

—No lo estoy, además, se dice que los borrachos siempre son sinceros— menciona Hyunjin.

—Si, como no— menciono y todos reímos.

—Ya hablando en serio, los mejores momentos han sido con ustedes y no me arrepentiré única de haberlos conocido.

—Te queremos a ti igual, Jinnie— dice Bang Chan.

—Espero que no hagan sus vidas y se olviden de mí— dice Jeongin.

—Innie, pero vivimos cerca, nos vamos a ver siempre— digo.

—Suele suceder, solo les recuerdo— menciona Jeongin y ríe.

—Ojalá dentro de unos años, Lix pueda crecer un poco— Changbin se burla.

—Puede que sea más grande que Hyunjin, solo deben darme un poco de tiempo— digo y todos reímos.

Nos encontrábamos cantando al unísono en un círculo, abrazándonos uno al otro de los hombros.

Sin duda era una noche especial, era nuestra fiesta de graduación de último año.

Hyunjin me toma del brazo, diciendo que lo siga, yo solo obedecí.

—Oye, ¿A dónde vamos?— pregunto.

—Tengo algo que decirte, no preguntes, solo espera que lleguemos.

—Bien, de acuerdo— suelto una risita.

Íbamos por los pasillos de la escuela, solo lo seguía sin decir nada y debo admitir que estoy sintiendo un remolino en mi estómago, ansioso por saber pero asustado.

Entramos a los baños de los vestidores, este se apoya de los lavamanos mientras que yo me apoyo en los cubículos, frente a él. Se quedó por unos segundos viéndome, en silencio, decido cortar ese momento que me llenaba de ansiedad.

—¿Y bien?— pregunto moviendo los talones.

—Ha pasado mucho tiempo desde que quería decirte esto, nunca había tenido la posibilidad o no había encontrado el valor y momento correcto para hacerlo— dice y baja su cabeza.

—No es algo malo, ¿o sí?

—Para nada, no te asustes— dice y suelta una risita.

—Menos mal— digo y suelto un suspiro.