One-shot

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¿Cómo es vivir con tus fantasmas del pasado?

¿Acaso alguien te puede enseñar a hacerlo?

¿Por qué para los demás es tan sencillo?

¿Por qué él no podía vivir de igual manera?

¿Por qué tenía que pasar noches sin dormir imaginando tantas posibilidades que nunca pasarían?

¿Por qué la extrema necesidad de lastimarse física y emocionalmente?

Tantas cuestiones que se repetían constantemente en su mente, tantas cuestiones que no tienen respuestas concretas, pero la principal duda era

¿realmente valía la pena seguir?

Sabía que la mayoría de sus compañeros ya estaban hartos de su comportamiento, realmente aquellos extras no le interesaban demasiado, tan solo le bastaba tener a sus amigos que se autodenominaron su squad, a su amigo de la niñez y a su novio, solo por ellos diario se esforzaba para ser alguien mejor, para que su actitud cambiara y para mostrarles que con su cariño y amistad se sentía completo. Aquel momento era un día normal en los dormitorios de la U.A. donde todos los alumnos de la clase A convivían y pasaban tiempo juntos en la sala común, sabía que muchas veces esos extras hablaban sobre los demás alumnos y lo mucho que les admiraban, ya fueran los de estudios generales o los del departamento de apoyo para héroes; realmente él prefería no meterse en esas pláticas, no era porque no le interesaran, era por que solo pocos alumnos fuera de su clase se habían ganado su respeto, como el copias de la clase B aquel rubio que tenía mucho potencial como héroe aunque estuviesen en su contra, o aquel ojeroso y peli violeta de la clase general que el lavado mental le podría generar muy buenas oportunidades para los héroes que se dedicaban a los ataques cuerpo a cuerpo, y por último aquella loca inventora de hebras rosadas que mejoraba día tras día, incluso hora tras hora, a base de prueba y error con sus "bebés", esas tres personas sabían que Bakugo Katsuki el chico con la peor actitud posible era buen amigo, puesto que, nadie conocía que se reunían con él en algunos momentos libres, ellos y sus cercanos sabían que el pelo cenizo no era tan malo, que a veces solo se ocultaba pero nadie le daba relevancia; como siempre su mal genio aparecía sin poder evitarlo, tan solo Kirishima, Kaminari, Mina, Sero, Izuku y Shoto conocían lo mucho que se estaba esforzando por ser más sociable, aunque eso no quería decir que se llevara bien con la clase A, en el momento en el que se sintió a punto de tener un colapso frente a los demás y a su grupo que desconocían todo eso decidió irse caminando a su habitación con la excusa de que ya era tarde queriendo descansar, afortunadamente Tokoyami, Ojiro, Koda, Sato y Mezo también se retiraban.

Claramente el insomnio no le dejaba dormir en lo absoluto, tan solo le quedaba recordar poco a poco el infierno que a diario vivía en su "hogar", y agradecía mil veces que se construyeran esos dormitorios, de la misma manera las escenas que vivió en su secuestro jamás se borraban de su mente, muchas veces le provocaba tanto asco de sí mismo que lo poco que lograba comer debido a su enfermedad lo vomitaba. Realmente la vida o el universo o Dios no se cansaban de joderlo, primero su infancia, después el colegio, los traumas, las enfermedades, las automedicaciones, los golpes, el secuestro, más traumas después de ello, tantas cosas que eran desconocidas para todos, incluso para sus profesores, a veces se preguntaba ¿haría bien en hablar como se siente?, pero, ¿cómo podía decirle a los demás cómo se sentía? o ¿cómo podía contarles todo lo que había vivido y que le creyeran?

Movió su cabeza de un lado al otro por unos segundos para callar sus pensamientos, necesitaba un vaso con agua para aminorar ese sabor agrio que se posó en su boca después de haber devuelto la poca comida que había logrado ingerir en el día, sin embargo, antes de salir de su habitación escuchó una conversación, a lo mejor era un tanto chismoso y quería saber qué decían, además, eran las 2 de la madrugada.

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⏰ Última actualización: Apr 21, 2022 ⏰

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