Capitulo I.

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Sí, de seguro cuando sea grande y trabaje tambien viajaré, y mucho, conoceré todo el mundo... o una gran parte de él.

Estaba muy concentrada en mis pensamientos hasta que escuché a Joel acercarse a mi, yo igual ignoraba lo que hacia hasta que me habló. Me preguntó si quería jugar a algo, se había dado cuenta que otra vez extrañaría a papá, y de seguro quería distraerme consiguiendo que deje de pensar en él. Joel siempre es así, amable, sabe cuando estoy triste o preocupada. Dice que lo ve en mi cara, pero Joaquín nunca lo notó, o por lo menos sabe ignorarlo bien, como a la mayoría de las cosas que tienen que ver con nosotros, solo se preocupa por el mismo.

-¡Si! -le dije intentando mostrar emoción mientras me giraba a mirarlo con una gran sonrisa en mis labios- Juguemos a las pilladitas.

-Pero, ¿y si rompemos algo? Escuchaste a papá. Y ademas Joaquín nos va a retar por que lo van a retar al él. -se me escapó una risita al escuchar como lo dijo y pensar en que debió estar un rato pensando para poder decir ese trabalenguas ya que no era muy inteligente. Volví a reír con ese pensamiento pero interiormente y mordí mi labio para que no se de cuenta- ¿De qué te reís? Es verdad.

-De nada, nada. -lo miré y aguanté mi risa como pude- ¿Y si vamos al patio?

-Esta bien, vamos. -asintió mirandome y se giró sobre sus talones yendo al patio, yo solo lo seguía tranquila.

-¿Despues andamos en las hamacas? Por favor -sonreí intentando convencerlo cuando llegabamos al patio, sabía que no le gustaba mucho andar en las hamacas, asi que tuve que hacer un pucherito tierno, sabía que no iba a poder resistirse.

-Bueno, pero primero las pilladitas y después andamos, solo un rato. -susurró lo último, creo que no quería que yo lo eschuche, aun que si lo hice. Bueno, mi forma de convencer a la gente no es de lo mejor, lo se, pero al menos algo consigo.- Eso es para niños, yo ya pasé por eso.

Se cree demasiado maduro. Igual el solo se deja guiar por su ejemplo mayor, y no es que Joaquín sea de lo mejor. El es demasiado centrado en si mismo, los demás no le importan.

Cuando salimos al patio yo iba distraída, como ya se iba haciendo costumbre. Y volví a mí cuando Joel me tocó y salió corriendo después de decirme "Vos la pillás". Y entonces comencé a corretear detrás de él mientras comenzaban las risas, nuestro patio era bastante grande y el era rápido, me costaba un poquito, pero de vez en cuando el paraba, para que no me sienta mal, pero aun que el esta conmigo siempre se nota que lo hace solo por compromiso, tal vez eso sea todo lo que me parezca, no se. Quizás yo no sea tan atenta o buena después de todo. Luego de un rato de andar corriendo y siguiéndonos entre nosotros vi que el se tiraba al piso y pedía un descanzo, ya se le notaba demasiado agitado y cansado, parecía que no le importaría golpearse o algo así, solo se tiró e intentó respirar mejor.

-¿Ya te cansaste? -le pregunté mientras intentaba no aparentar cansada. Quería burlarme de él. Fingiendo estar mejor.

-Si, y vos también. Asumilo. -yo me sonreí soltando un suspiro y empezando a respirar agitada sin aguantarme. Es que ¿Cómo se había dado cuenta?

-Hice un esfuerzo por ocultarlo, ¿Cómo supiste? -suspire y me acosté a su lado mirando al cielo- ¿Te hace calor?

¿Que clase de pregunta habia hecho?Era verano, ¿a quién no le hacía calor estar bajo el sol en pleno verano? ¿Y además después de correr?

-Es que te conozco demasiado. -asintió con la cabeza después de mirarme y hacer una mueca con sus labios- Si, en realidad si.

-Yo igual. -me quedé mirando al cielo y volví a suspirar- ¿Cuando volverá papá? -la verdad era que ya lo extrañaba y eso que solo había pasado, no se, una hora quizás.

-No se, ya sabes como es eso de sus viajes de negocios a veces puede demorar solo una semana, o demorar hasta dos o tres meses, eso no es nada fijo. Pero ojalá no se demore mucho esta vez. -me miró y justo yo lo miré- Yo también lo extraño.

¿Él también? ¿Lo dice en serio? ¿O será solo para no dejarme sola? ¿A caso no soy la única? Quién sabe. A lo mejor no soy tan única después de todo.

-¿Ya vamos a la hamaca? -sonreí sentándome y mirándolo mientras señalaba la hamaca.

-Ash, está bien, te dije que lo haríamos así que vamos. -sonrió parándose y yendo hacia la hamaca mientras yo lo seguía- Yo te empujo, ¿si?

Yo asentí mientras me sentaba y me acomodaba en la hamaca esperando a que el me empuje. Cuando llegó atrás mío me dijo que me agarre bien y yo lo hice sin dudar. Él me empujó y yo empecé a andar feliz sintiendo cómo el aire chocaba en mi cara.

Sentía como si estuviera volando, como si fuera un pájaro que vuela en el cielo y siente todo el aire en su cara.

Una muerte con locura. [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora