ψάχνω για

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Había deambulado 2 semanas por el desierto sin una gota de agua, caminando con la convicción de encontrarla, no sabía en qué lugar se hallaba, pero estaba segura de que existía; quizás eran ya los delirios del sol que tostó mi cabeza después de recibir una dosis alta de sol sobre mi cuerpo cansado de caminar, pero el latir de mi corazón no apaciguaba su ritmo y eso era motivo suficiente para seguir adelante, no encontré le oasis ese que mencionan los libros de historia, aquel paraíso mágico donde el sediento puede llegar a saciar su sed, comer, descansar y después emprender de nuevo su viaje; mis ojos observaban el reflejo del sol, como el viento al soplar borraba las huellas de mis pies y hasta el vapor que brotaba de la tierra caliente mientras avanzaba sin rumbo fijo, finalmente llegue a un pequeño puerto allí pude abastecer mi sed y calmar el hambre, era un pueblo pequeño y aunque pregunte y trate de investigar ella no estaba en aquel lugar. De loca me tacharon los habitantes de aquel lugar, con la moral llegando al piso y la derrota en las manos, tome una pequeña embarcación era hora de volver a casa, mientras viajaba por aquel majestuoso océano, miraba perdidamente a la nada, preguntándome si todo era solo ilusiones de mis sueños y estaba más perdida que la mama del chavo, pero no yo me negaba a aceptar la derrota porqué era inconcebible que mi corazón latiera de esa manera por mera ilusión, tenía que ser real, debía ser real, es más necesitaba que fuera real; me arde de valor y con los latidos de mi corazón como brújula, mi esperanza como ancla, mis sueños como meta y con su imagen en mi cabeza me propuse encontrarla.

No sabia donde buscarte, pero mi convicción es encontrarte.

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