Planes a futuro

Año Nuevo con los Anderson

-Wow, este lugar es enorme – murmuró sorprendido Stevie dando una rápida mirada a la casa de los Anderson.

-¿Tiene alberca?- preguntó Stacey enseguida con sincera curiosidad.

-Si, pero es inservible en esta época del año- respondió Blaine con sencillez mientras apoyaba las maletas que sostenía en el pulcro piso de la casa de sus padres.

-¿Podemos venir en verano? – preguntó la chica de nuevo.

-Por supuesto-

-Stacey – le llamó la atención su mamá por el exceso de confianza expresado, pero ella la ignoró y con una amplia sonrisa giro buscando a Stevie.

-Dijo que si- le murmuró de manera mal disimulada.

-Genial- respondió el chico, era obvio que la idea de visitar la casa con alberca era de él.

Blaine sonrió con simpatía, le encantaría pasar el verano disfrutando de ambas familias al mismo tiempo si todo salía bien. Pero por ahora se conformaba con pasar el año nuevo todos reunidos.

-¡Estamos aquí!- dijo en voz alta, una vez que él, los Evans y sus maletas se adentraron al vestíbulo.

Con pasos apresurados Pam Anderson llegó desde la cocina.

-¡Hola cariño! – dijo envolviendo en un abrazo a su hijo fuertemente- Sam que gusto verte de nuevo – dijo al separarse de Blaine, con amabilidad en la voz pero sin ningún otro gesto afectivo.

-Buen día Sra. Anderson- respondió Sam con formalidad- Gracias por recibirnos, ellos son mis padres Mary y Dwigth Evans y mis pequeños hermanos Stevie y Stacey – los presentó el rubio señalándolos mientras lo hacía- Familia – anunció con tono más relajado- ella es la Sra. Anderson, la mamá de Blaine.

La mencionada dio un paso al frente luciendo extrañamente insegura para alguien tan acostumbrada a la vida social y reuniones de negocios.

-Oh, hola, encantada -dijo atropelladamente- lo siento estoy nerviosa – explicó con una risita incómoda- no había conocido jamás a la familia de alguien con quién mis hijos salen, me da tanto gusto de que pudieran venir.

Fue Mary Evans quien cortésmente respondió el saludo.
-Al contrario, gracias por la invitación, espero que no nos estemos imponiendo – respondió con una sonrisa que Blaine encontraba tranquilizadora

-No, por supuesto que no – se apresuró Pam a negar- nada de eso, estamos más que honrados de recibirlos y me alegra de que decidieran aceptar la invitación de pasar aquí la noche.

-En realidad, nosotros somos los agradecidos – dijo Dwight con gentileza.

La familia de Sam había sido invitada, por sugerencia de Blaine, a celebrar la llegada de año nuevo en la extravagante fiesta que sus padres daban cada año para sus amigos y colaboradores más cercanos. Los Anderson habían insistido en hospedar a lo Evans  después de la fiesta para evitar que se trasladasen.

-Oh no, no tienen nada que agradecer, no podíamos permitir que regresaran manejando a Lima en la madrugada o se hospedaran en un hotel, prácticamente somos familia.

-Gracias de nuevo – alcanzó a decir Mary antes de que la puerta se abriera de nuevo con un estruendo y la figura confiada de Cooper Anderson se presentara en el recibidor.

-¡Sorpresa! – gritó el joven con entusiasmo en su entrada teatral.

-¡Oh! – exclamó en un chillido alegre Pam y se colgó del cuello de su hijo con emoción.

-Cuidado madre, soy mercancía valiosa – se quejó en voz ahogada Cooper desde el abrazo que su mamá mantenía.

-Cariño, pensé que no vendrías, me alegra tanto que lo lograrás -dijo ella en respuesta, sin aflojar su agarre.