7.

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María y Bokuto regresaron al gimnasio que ya se encontraba casi vacío. Los chicos de karasuno habían tenido que retirarse debido a la hora.

Solo quedaban esperando Paulina y Akaashi. La chica ojiverde se encontraba nerviosa paseando por su celular sin siquiera prestar atención. Confiaba en su amiga y en que la decisión que tomará fuera la correcta, pero se encontraba muy preocupada por el chico bicolor quien no dejaba de ser su amigo. Akaashi solo le acariciaba con suavidad el pelo apartándoselos de su nuca repitiendo esta acción hasta que veía acercándose a la pareja de amigos que faltaban, dándole una palmada a Pau para que volteara su mirada.

Paulina volteó con los ojos entrecerrados no queriendo ver, hasta que los abrió y se encontró con el chico búho dando pequeños saltitos tomando a María de la mano quien se encontraba sonriendo levemente.

— ¡Hey, hey, hey! ¡La chica es mía!— grito el chico con emoción acercándose a sus amigos.

Paulina miro con emoción a su amiga corriendo hacia ella separándola de Bokuto, quien la miro confundido.

— La chica, es MÍA. — dijo apretando la mano de María. — Pero me alegra que hayas pensado eso por unos segundos.

Akaashi y Bokuto sonrieron sabiendo que solo bromeaba.
— Ya veremos, ya veremos. — respondió Bokuto riéndose ruidosamente.

— Por cierto, los esperábamos para avisarles algo más. — mencionó Akaashi. — El entrenador mencionó que Nekoma jugará con nosotros el día de mañana. El entrenador se interesó cuando escuchó que Karasuno estaría involucrado.

— Estupendo, así podré animarlos más. — dijo María sonriendo. — Ansiosa por verlos jugar más.

Bokuto asintió feliz. Su chica lo vería jugar. Su chica lo animaría.

— ¡Hey, hey, hey! Los veo mañana chicos, yo llevaré a María a su casa. — mencionó Bokuto despidiéndose de la otra pareja.

Todos se despidieron partiendo cada quien por su camino.

Bokuto y María se fueron tomados de la mano mientras María lo halagaba por varias de sus jugadas y Bokuto solo se encogía de hombros sonrojado. Sus halagos por alguna razón, lo hacían sentir diferente.

Paulina y Akaashi iban caminando en silencio tomados de las manos.
Akaashi miro sutilmente a Paulina quien parecía tener una expresión pensativa.

— ¿Todo bien, mi amor? — dijo Akaashi con naturalidad haciendo que Pau se sonrojara con fuerza y la sacara de sus pensamientos.

Le dio un pequeño golpe en el brazo haciendo que el chico sonriera satisfecho.
— Me tomaste por sorpresa.

— Eso me prueba que algo no está bien. — respondió el chico sin dejar de mirarla.

— Todo bien. — dijo mirando de nuevo hacia el camino apretando más la mano del chico pelinegro.

El asintió sabiendo en que estaba pensando. Lo ponía nervioso. Sabía que no tenía que preocuparse por Paulina, sino por Kuroo.

❥❥

Kuroo siempre fue amigo del trío de chicos. A pesar de esto siempre tuvo sentimientos por Paulina.

El sabía que Paulina sentía algo por Akaashi, y que Akaashi sentía algo por ella. Y sabía que no había que entrometerse en eso.

Pero no pudo evitarlo.

Fue durante una fiesta en la que Paulina se encontraba algo tomada. No solía hacerlo porque no le gustaba sentirse tan mareada, y le daba miedo decir cosas que no eran. 

Pero Kuroo estaba para cuidarla.

Bokuto no había asistido a esa fiesta debido a que estaba trabajando muy duro para no perder sus calificaciones y poder asistir a sus juegos. Y Akaashi se encontraba sentado en un sillón, no muy lejos de ellos.

Una chica se había puesto mal, y Akaashi se había propuesto a cuidarla y ayudarla.

Paulina al ver esto se sintió sola. "Debería de haber sido yo."

Kuroo al mirar esto, no se separó de la chica.

Sabía que sus amigos estaban enamorados el uno del otro, y a pesar de que Akaashi estaba distraído con la otra chica, de vez en cuando miraba a Paulina. No era estupido para no darse cuenta de los sentimientos de su amigo pelinegro.  

El lo sabía.
Pero no pudo evitarlo.

Paulina comenzó a sentirse algo mareada y tomó a Kuroo del brazo pegando su cuerpo débil a él.

— Kuroo, ¡llévame a un lugar donde la música no esté tan fuerte! — gritó la chica rubia en el oído de su amigo quien rio y asintió a la petición de su amiga. Tomándola de la cintura guiándola hacia un pasillo más alejado de las bocinas, sintiendo una mirada azul marino siguiéndolos, hasta que desaparecieron de su vista.

— ¿Te sientes bien? ¿Quieres agua? — preguntó el chico de pelo despeinado haciendo que la chica se pegara a una pared de los pasillos cubriéndola con su cuerpo casi por completo para que la gente no viera su estado. No estaba mal, pero no estaba bien, y el chico sabía que a ella no le gustaba llamar la atención en esos casos.

— Estoy bien. — dijo la chica. — Kuroo, ¿piensas que solo le gustaría a alguien mi físico?

La pregunta de la chica lo tomo por sorpresa haciendo que sus ojos se encontraran con los verdes de ella.

El negó rápidamente.
— Estoy seguro que le gustas a más de uno, por la persona tan asombrosa que eres. — murmuró acercándose al rostro de la chica.

— Yo también pienso que eres muy bonito, gatito. — respondió la chica riendo levemente por el apodo que ella misma le puso a su amigo, por su actitud parecida a la de uno.

— Eres tan dulce, pero me encantaría que estuvieras sobria. — murmuró el pelinegro cerrando los ojos juntando sus labios con los de la chica.

Quien confundida por el repentino cambio en el ambiente y los nervios que la recorrieron, aceptó el beso.

Kuroo, se separó rápidamente de ella tapando sus labios y ocultando un sonrojo fuerte en sus mejillas.
— Lo siento, Paulina. — se disculpó mirando como la chica se encontraba figuradamente enterrada en la pared completamente roja y con los ojos muy abiertos llevándose una mano a sus labios.

— Está bien, Kuroo. No fue nada. — río la chica nerviosamente. — Ah, creo que ya es muy tarde, debería de llamar a mis padres, para que pasen por mi. — dijo la chica rápidamente que por la situación ocurrida sentía como si el alcohol hubiera desaparecido de su sistema.

Kuroo asintió, sonriendo sin dejar el fuerte sonrojo de sus mejillas . —  Te acompaño para que no te quedes sola.

La chica asintió sintiéndose sumamente confundida por la situación ocurrida.

El pelinegro se despidió de la chica una vez llegaron y se dispuso también a ponerse en camino a su casa.

Akaashi había visto el beso.
Y se encontraba confundido y molesto. Su mejor amigo sabía de sus sentimientos. Y aunque Paulina parecía encontrarse muy confundida, tenía miedo de que la chica tuviera sentimientos por su amigo. Aunque espero mucho tiempo para que le mencionara algo al respecto y nunca sucedió.

Dejo de hablar con Kuroo. Y cada vez que Bokuto lo invitaba, el se negaba. Se sentía aliviado al respecto, pero a la vez triste y molesto. Así que cuando vio la reacción de su novia al saber que lo vería de nuevo. Lo puso nervioso.

❥❥

Kuroo sonrió con emoción al saber que volvería a fukurodani. Por un lado no sabía con qué cara llegar a ver a sus compañeros y amigos. Pero su corazón temblaba de la emoción al recordar los ojos verdes de la chica al mirarlo.

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⏰ Última actualización: May 09, 2022 ⏰

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