Wangji sintió su conciencia fluctuar un par de veces, lo cual era imposible considerando que corto su propia garganta y se quito la vida. El corte fue hecho con su espada espantosamente filosa y se aseguró de que fuera perfecto para que no hubiera fallo. Mientras divagaba sabia que no había un lugar exacto en donde se encontraba, pues todo era oscuridad a su alrededor y ni siquiera podía sentir su cuerpo físico. Simplemente estaba allí, a la espera de una posible reencarnación donde pudiera encontrarse con las personas que amo en vida.
Mientras se dejaba dominar por la oscuridad y cedía a cerrar sus ojos, escucho una voz que se interponía en su mente. "Aprovecha esta oportunidad" Sin embargo, no supo quien ni como fue capaz de susurrar las palabras.
Cuando Lan Zhan volvió abrir los ojos, su mirada se poso de inmediato en el conocido techo de su anhelado Jingshi. Por un momento entro en pánico, pensando en que tal vez fue encontrado rápidamente y lograron salvarlo. Con pereza se reincorporo y se apoyo en el respaldo de la cama. Su mirada de inmediato se dirigió al rededor de su habitación, sorprendido porque aunque era su hogar, el lugar estaba equipado como si quien lo habitaba fuera un niño. Curioso se puso de pie y de inmediato se arrepintió cuando cayo de la cama por no alcanzar lo suficiente hasta el piso. Es decir, su altura era como la de un niño... No solo eso, si no que sus propias manos eran muy pequeñas. Sin hacer caso a la regla del muro que prohibía correr, el lo hizo llegando de inmediato al tocador donde un espejo le regresaba el reflejo, un pequeño niño con las facciones tiernas que Wangji había dejado atrás hace muchos años.
Aun sin creerlo y pensando que era una mala broma, llevo esas pequeñas manos suyas hasta su rostro palpándolo, sus ojos se abrieron desmesuradamente ante la sorpresa. Mientras continuaba allí, tocando su rostro y observándose fijamente sin poder creer lo que sus ojos veían, la puerta de su habitación fue abierta y una joven mujer ingreso.
—A-Zhan, ¿aun no has despertado?
Lan Wangji sintió su cuerpo congelarse por completo ante la melodiosa voz de la mujer, que se acercaba hacia donde estaba con una hermosa sonrisa coloreando su joven rostro. La mujer, vistiendo las túnicas blancas y azules del clan, la cinta de regulación en su frente que la reconocía como parte de la familia principal. Wangji se sintió desfallecer, la mujer frente a el era la Madam del Clan Lan, su propia madre.
—¿Pasa algo hijo, no te sientes bien?—Preocupada, Madam Lan se acerco posicionando su mano en la frente de su hijo, asegurándose que su temperatura estuviera bien.
Sin embargo, en cuanto esos ojos claros de color ámbar hicieron contacto con los de la mujer, el niño se soltó a llorar arrojándose a los brazos de su madre. Un poco sorprendida la mujer alcanzo a reaccionar y atrapar a su hijo, sonriendo levemente y manteniéndolo entre sus brazos mientras dejaba pequeños besos en su cabellera.
Si esto era un sueño, Wangji se negaba a despertar. Para el, habían sido ya muchos años desde que fue rodeado por los cálidos brazos de su madre. Fue cuando tenia 6 años en un día frio, mas frio de lo acostumbrado porque el invierno había llegado. Se le dio la noticia de ya no poder ver a su madre pues esta había partido de su lado. Tardo un tiempo en entenderlo, yendo los siguientes meses hasta la casa de Gencianas y esperando a que su madre abriera la puerta y le permitiera pasar, estando arrodillado en la nieve todo el tiempo.
El se arrepintió cuando ya no pudo obtener mas sonrisas de su amorosa madre, porque el nunca le dijo cuanto disfrutaba de sus caricias. De su hermosa voz que le arrullaba, nunca le dijo cuanto la amaba y cuan feliz era cuando llegaba el día de su visita. Tampoco dijo que odiaba seguir reglas tan estrictas pero la razón de ser tan obediente era para no ser castigado y que se le privara de ver a su madre. Cuando ya no tuvo mas de ese cálido sentimiento, el se arrepintió de no haberlo disfrutando un poco mas.
ESTÁS LEYENDO
Una oportunidad más a tu lado.
FanfictionDespués de la muerte del Patriarca de Yiling, Hanguang-Jun trata de aferrarse al ultimo recuerdo del amor de su vida. Sin embargo, el mundo de la cultivación demuestra una vez mas su crueldad. Lan Wangji destruido, azotado y traicionado, sin nada qu...