𝐌𝐈 𝐒𝐄𝐗𝐘 𝐏𝐎𝐒𝐄𝐒𝐈𝐎́𝐍 {-SOPE-} (*Reescribiendo*)

Capítulo 5

[Hobi.]

Salió de la oficina de su ex jefe, caminando en dirección a la cocina del restaurante.

— ¿Que sucedió, Hobito? Vimos como el jefe te llevaba a su oficina, estaba hecho una fiera.

Dijo Jin con preocupación, acercándose los tres mejores amigos, a Hoseok.

— Pues me despido, según el ya no podía seguir aguantando mis faltas... — cruzó sus brazos y suspiro con tristeza.—... No se que haré, sin dinero no podré pagar la renta de mi departamento, y me echaran a la calle... y mi familia está en Japón, ni siquiera tendré dinero para irme con ellos.

— Lo siento mucho Hobito, con mucho gusto te llevaría a vivir conmigo, pero no es mi casa, y nos padres no me dejarían, perdón.

Dijo Jimin con la mirada baja.

— Tranquilo Jimin, no tienes por qué ofrecer tú casa, ya veré yo como le hago.

Dijo con una sonrisa, tratando de hacer que sus amigos no sintieran lastima por el. Se empezó a quitar el uniforme, para después empezar a ponerse nuevamente su sudadera azul.

— ¿Dónde te quedarás?.

Le pregunto jungkook.

— En mí departamento, pague dos meses adelantados, me iré cuando me pidan que lo desocupe... — al terminar de ponerse su sudadera, miro como cada uno de sus amigos volvían a su trabajo.—... Bueno, nos vemos después.

— Si hobi, nos vemos después... cuándo acabemos nuestro turno, iremos a tú departamento.

Dijo Jin con una sonrisa entristecida, hoseok asintió, y salió de la cocina, cuando estaba apunto de salir del restaurante, Yoongi lo detuvo.

[Yoongi.]

— Perdón por la molestia, pero no terminamos de hablar, y aún quiero saber más cosas de ti.

— Cierto. — abrió la puerta, y miró a yoongi.— ¿Podemos hablar afuera?.

— Claro. — El pálido miro a taehyung.—... Dile a Namjoon que pague, y vayan al auto primero.

— Si.

Se fue, y hobi y yoongi salieron del restaurante, empezando a caminar sin dirección alguna.

— ¿Por qué te interesó saber de mi nombre?.

Pregunto Yoongi, mientras llevaba sus manos a los bolsillos de sus pantalones, y caminaba con la morada baja, sintiendose algo tímido.

— Es que tú rostro se me hizo familiar, al igual que tú cicatriz.

Confesó hobi.

— Esto se puede escuchar algo extraño, pero me sucede lo mismo.

— ¿En serio?.

Ambos chicos se detuvieron repentinamente, haciendo que quedarán cara a cara, mirándose sorprendidos, y fijamente.

— Si.