Without You

-¡Lo lamento tanto! ¡Todo esto ha sido por el bien mayor!

El joven de cabellos morados apretó los puños mientras veía, nuevamente, su cuerpo encogido al tamaño de un bebé. Hace menos de una hora había tenido el cuerpo y tamaño de un adulto joven, pero ahora parecía un bebé de un par de años, como mucho.

A lo lejos escuchó a sus demás compañeros hablando y peleando con la usuaria de llamas de cielo y frunció su ceño sintiéndose aún más molesto. La mujer nunca le había agradado, pero la había aguantado solamente porque había aprendido a llevarse bien con el resto de miembros del equipo. Fue su error al final, debió haberles hecho entender que ella era una mentira.

Su sinceridad era demasiado falsa. Le recordaba a toda la gente que lo rodeaba, cuando era niño, debido a su padre. Siempre tenían una mirada de amabilidad que ocultaba lo codiciosos que eran. Eran igual que su prima, siempre esperando el momento correcto para querer tomar crédito por algo.

Si, quizá por eso Luce le parecía repulsiva. Quizá, si no hubiese sido tocado por una inocencia tan sincera, la cielo no le hubiera causado tantas molestias. Quizá, si hubiera estado siempre bajo esa oscura realidad, se hubiera resignado a que ese sería su destino sin importar dónde estuviese.

Pero, para desgracia de todos, había sido tocado por la luz más pura del mundo. Por la inocencia más grande alguna vez existente. Había sido atraído como un planeta a una órbita alrededor de un sol específico. Y aún luego de la muerte de su estrella, él seguía en su órbita, con la esperanza de volverlo a ver y ser atraído por su chispa.

Quizá, si no hubiese conocido a Scorpius Malfoy, podría haber seguido con vida.

Pero su estrella había sido demasiado deslumbrante, y sin él, Albus había perdido completamente su camino. Hasta que terminó en la tumba debido a las varitas de su padre y hermanos.

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Cuando Albus Potter conoció a Scorpius Malfoy, ambos eran niños de primer año emocionados por su magia y el futuro que les esperaba en Hogwarts. Albus estaba ansioso y aterrado por partes iguales, pues tenía miedo de que todo lo dicho por su hermano mayor, James, fuera a volverse realidad.

Al menos, luego de que el sombrero decidió que su casa debía ser Slytherin, tuvo la pequeña mano de Scorpius rodeando la suya durante toda la cena. Albus agradeció en ese momento ser ambidiestro, porque así no tendría que molestar tanto a su nuevo amigo mientras comían.

Aunque, con la gran sonrisa que tenía el rubio en su rostro, el segundo hijo del matrimonio Potter-Weasley sintió que nada podría estar mal. La dulzura de su nuevo amigo era capaz de calmar cualquiera de sus males, siempre y cuando le prestara atención a esta.

Fue por ello que, luego de haber arruinado tantas cosas durante su cuarto año, decidió dedicarse completamente a hacer feliz al menor. Había aprendido a ser mejor amigo y notar con facilidad lo que abrumaba al otro. Sus propios complejos y problemas internos seguían ahí, pero, por la felicidad de Scorpius, podía dejarlos de lado para tratar de hacerlo un poco más feliz.

Incluso si fueran las peticiones más excéntricas, Albus no le negaría nada al otro, siempre y cuando estuviera en su poder hacerlo y no fuese algo ilegal. No quería tener a los padres de ninguno de los dos molestos, de nuevo, por alterar el orden del mundo mágico. Así que, siempre que estuviese dentro de esos límites, cualquier cosa que Scorpius pidiera, Albus la haría realidad.