1er Acto: Dos hogares, ambos iguales en dignidad

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Notas de la Autora:

Esta idea originalmente comenzó como una edición de video, y finalmente me puse aescribirla (después de un año, ups). Mi tráiler de edición de video/fic es el del encabezado.

***

El tren llega a la estación con un gemido de metal contra metal y una asfixiante nube de polvo y humo gris. La multitud en el andén avanza incluso antes de que las puertas se abran correctamente, y las voces y los ánimos aumentan cuando los pasajeros que descienden tienen que empujarlos en una marea de cuerpos sudorosos para bajar del tren. En algún lugar, alguien que vende cigarrillos anuncia su mercancía a voz en grito, y otro que vende brochetas de bingtanghulu rojo brillante o bayas de espino confitadas hace lo mismo.

Lan Zhan se baja del tren en la Estación del Norte de Shanghai en medio de este caos bullicioso, se ajusta los lentes y frunce el ceño.

Sigue vestido con su uniforme escolar, una sencilla túnica azul oscura hasta los tobillos o changshan que ya está arrugada por el viaje, pero no pensó en traer muchas mudas de repuesto para un viaje que sólo iba a durar dos días. La pequeña maleta de cuero que lleva en la mano contiene solo lo necesario y algunos libros; el resto de sus cosas de la universidad fueron enviadas antes que él y probablemente ya hayan llegado aquí. Su hermano mayor, Lan Huan, le dijo que alguien estaría en la estación para recogerlo, pero hay tanta gente aquí que Lan Zhan no está seguro de cómo encontrarlo.

Cuadra los hombros y sigue caminando. A su alrededor escucha dialectos conocidos y desconocidos de todo el país. Al fin y al cabo, Shanghái es actualmente el puerto y el centro comercial más importante de China, y miles de personas se arriesgaron y dejaron atrás sus hogares y familias con la esperanza de hacer fortuna. Lan Zhan y su hermano tampoco son de aquí - Lan Huan acaba de ser nombrado inspector jefe de la Policía Municipal de Shangai, el puesto más alto al que pueden acceder los no europeos, y convenció a Lan Zhan para que se uniera a él aquí después de licenciarse.

A la salida de la estación, hay más gente vendiendo todo tipo de cosas, desde aperitivos hasta juguetes de madera baratos y amuletos. Lan Zhan no quiere ninguna de estas cosas, pero uno de los puestos capta su atención - un hombre que vende rábanos, que parece haber encontrado algunos clientes muy difíciles.

"¿Quién te dijo que podías poner un puesto aquí?", exige uno de los hombres.

"Lo siento, la gente del mercado me dijo que no tenía que pagar nada por poner un puesto aquí", responde el vendedor de rábanos, mirando nervioso a su alrededor mientras los hombres se acercan, pero sigue manteniéndose firme. "Si hay que pagar, por favor, denme unos días para conseguir el dinero, prometo que pagaré lo que corresponde".

Los rufianes que lo rodean lo ignoran. Algunos de ellos llevan pistolas, mal disimuladas en la cintura de sus pantalones; Lan Zhan sospecha que esto se debe más a la arrogancia que a la incompetencia, aunque también podrían ser competentes.

Su amo está bien vestido, su chaqueta es claramente de buena seda, y sonríe maliciosamente al vendedor de rábanos. "¿Sabes quién soy? ¿Por qué iba yo, Jin Zixun, estar interesado en tu patético puñado de monedas?"

"Entonces, ¿quieres rábanos?", pregunta inseguro el vendedor de rábanos. Su pregunta es recibida con una estruendosa carcajada.

"Eres el hermano idiota de esa chica Wen. Te reconozco", dice Jin Zixun. "¿Qué tal si mis hombres te dan una ceremonia de apertura adecuada para tu negocio?"

Al oír sus palabras, unos cuantos hombres sacan cuchillos y empiezan a mutilar la mercancía del vendedor de rábanos, haciendo trizas los rábanos con cortes despiadados al azar. Lan Zhan se da cuenta de que los demás vendedores parecen haber montado sus puestos lejos del vendedor de rábanos, como si esperaran que les trajera problemas, y ahora se alejan todavía más. Algunos transeúntes se detuvieron a observar desde la distancia, pero ninguno parecía dispuesto a intervenir.

violentos placeresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora