Prólogo

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17 de julio de 2006 - Washington D.C

Nunca pensé en lo reconfortante que sería despertar a las seis y media de la mañana, despertar y saber que en horas terminara el semestre es seriamente excitante, más el pensar en la fiesta de fin de semestre, solo de pensarlo no puedo contener la emoción, ésta noche lo único que quiero calcular es cuantos orgasmos tuve, espero que no pueda contarlos con las manos...

Me levanto, voy al baño, entro a la ducha y abro la cancilla , una ducha con agua fría hoy es lo segundo mejor que me pasó ya que hoy hace un singular calor, pareciera que las puertas del infierno se hayan abierto. Despues de esa grandiosa ducha voy a la cocina, vivo con mi madre, no tenemos una casa excesivamente grande pero me conformo con tener una cocina suficientemente grande para cocinar tranquilamente, mamá dejó limpia la cocina, ser la única que cocina decentemente tiene sus ventajas, me pongo el delantal, me lavo las manos y empiezo a agarrar los ingredientes para el desayuno, debo terminarlo antes de las ocho, agarro un tazón, rompo dos huevos, le agrego dos cucharadas de azúcar y aceite, 280 ml de leche, 260 g de harina, una cucharadita de levadura y por último un chorro de vainilla, despues de revolver lo dejo reposar 10 minutos, mientras dejo que pasen esos diez minutos me pongo la ropa más cómoda y atractiva que tengo, hoy es un día especial; despues de prepararme despierto a mi madre y hago los panqueques.

Eran las 7.50 y ya estábamos prontas, mi madre saca el auto y yo cierro la puerta del garaje, una vez en marcha mi madre se pone sentimental.

-Sévu, sé que te lo digo a menudo pero realmente no quiero que te olvides, estoy orgullosa de ti, no podría imaginarme una hija mejor, te mereces todo, mucho más de lo que yo te doy, lamento eso, pero te aseguro que estaré hasta que no pueda más a tu lado, estoy realmente orgullosa de ser tu madre-. No puedo evitar y se me cae una lagrimita, realmente me rompen un poco sus palabras, sé que tenerme a mi sin mi padre es difícil.

-Mamá, ya te he dicho que no necesito más, soy feliz con lo que tengo, nada puede hacer que sea mejor. Antes de que me pueda responder llegamos al instituto, voy al Loder Rocher de Washington, no es el mejor instituto ni el peor, al menos tiene una biblioteca decente.

-Bueno Sévu, espero que la pases muy bien este ultimo día del semestre, nos vemos en casa.

-Bueno mami, nos vemos en casa, te amo.

-Yo también te amo mi amor.

Al salir del auto me encuentro con mi mejor amiga Yuki, llegó hace dos años al país, desde que llego no pudo caerme mejor, realmente los japoneses son impresionantes, al llegar Yuki me abraza en modo de saludo.

-Wow Sévu, te has lucido con tu elección hoy, ¡es realmente genuina!

-Gracias Yuki pero ¿genuina?-.

-Siii, cómo el sakte de Tacher, ¡genuina!

-Oh, ¿quieres decir genial?

-Ops, parece que me he confundido, jeje. Nos reímos y ponemos al día hasta que suena la campana, parece que el día empieza.

La primer clase que tengo es la de Literatura, le entregamos el trabajo a la profesora, el trabajo consistía en una pequeña historia que tenga 3 protagonistas y 4 personajes secundarios con un final abierto. El trabajo lo hicimos Yuki y yo, una mezcla realmente buena de las etnias Japonesas y Estadounidenses. La clase se basó en contar las historias para que la profe las evalúe, teníamos dos calificaciones: una por contenido y otra por edición, en las dos nos sacamos la nota más altas de todas. El día no fue mucho más divertido que la clase de Literatura, exceptuando el almuerzo, ese almuerzo será inolvidable.

Finem DesideriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora