Capítulo II

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| Segunda entrada |

Antes de la gran catástrofe, todas las criaturas se conocían entre sí, todas vivían en armonía y paz, todas conocían el único lenguaje entre ellas, y aprendían el lenguaje humano con gran ansiedad de comunicarse.

Solo que, entre todas aquellas criaturas mágicas, había una que nadie conocía a detalle, era un ave hermosa, con colores deslumbrantes, amarillo, azul, verde, blanco, negro, morado y cada color podía verse reflejado. Cada vez que la veían cruzar el firmamento todos actuaban maravillados y se quedaban sin palabras por su delicada belleza, pero su extrema timidez la aisló de los demás.

La hermosa criatura no se acercaba a nadie y huía de los que no pertenecían a su especie, algunos la adoraban en ese tiempo, otros la temían por su gran poder.
Se cuenta que hubo una vez un humano mortal.

Uno que tuvo la voluntad y capacidad de acercarse y hacerse amigo de aquella criatura preciosa y poderosa.

Otros dicen que tuvieron descendencia, pues en ese tiempo no resultaba extraño o anormal como sería en los años venideros. Pues algunas criaturas; principalmente los seres pensantes, contaban con una apariencia humana, que les permitía pasar el tiempo con el ser humano.

Sin embargo, eso era un mito, aquellas aves de hermosos colores no existían, no había manera y era imposible que una criatura tan perfecta pudiese existir.

| Segundo Capítulo | El Sr. de la oscuridad.


Harry se levantó demasiado temprano, nunca había podido evitar el escalofrío que le daba al momento de enfrentarse a un nuevo proyecto. No pudo evitar la enorme sonrisa mientras seguía su rutina matutina que normalmente tomaba. Esperaba un buen desafío, pues incluso después del poco tiempo que tenía en el departamento, encontró que incluso el trabajo más monótono exigía conocimiento y destreza...Ser un inefable no era fácil y solo los más versados en la magia podían siquiera conocer ese puesto en el ministerio.

Escuchó como su elfo doméstico; Dobby, le deseaba buena suerte mientras salía directo a su trabajo, llegando en tiempo récord y alrededor de 15 minutos antes.

Poco a poco llegaron los otros inefables, notó con consternación Harry, pues era común que cada uno de ellos trabajara en proyectos diferentes, pues todos en el departamento sabía, con terrible certeza los desastres que ocasiona que trabajasen juntos.

No tardó mucho tiempo en llegar su jefe inmediato. 15 minutos tarde, como era usual y media hora después de que Harry llegase. Los miró a todos con ojo crítico, incluso, a través de la capa que tenían puesta todos, se sentía la tensión de su jefe.

—¿Quiénes tienen trabajos en puntos delicados en este momento?—. Preguntó por cortesía. Pues era más que obvio que el jefe sabría por completo quienes estaban en proyectos y en qué etapa estaban. La mitad del salón levantó la mano. —Pueden retirarse—. Esperó en silencio hasta que abandonaran la sala. —¿Quiénes trabajan más de 8 horas en sus proyectos actuales?—. Siete levantaron la mano. —De ustedes, ¿Tienen una segunda responsabilidad?—. Cuatro la mantuvieron levantada. —Retírense—. Los inefables eran cositas raras que adoraban el trabajo, así que se entendía que el jefe inmediato descartara elementos de esa forma. Así aseguraba, de forma razonable y en que nadie pudiese objetar el dar proyectos nuevos. Era algo común cuando un proyecto o más se terminaban.

—Aquellos en códigos naranja y rojo, retírense también.Este proyecto empezaba a sonar mejor. Regularmente solo retiran a los que tenían códigos rojos, Harry empezaba a estar un poco ansioso. Tres personas más se retiraron. Dejando solo otras tres.—¿Qué proyectos tienen, que código y en qué etapa están?

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