Epílogo 2

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4 meses después...

"Las predicciones para mañana serán de nieve abundante por todo el país, centrándose, sobre todo, en Copenhague, la capital de este. Estaremos por debajo de los 2º grados y esto se repetirá durante lo que queda de semana. Gracias por escucharnos y os dejamos con las noticias del día."

Apago la televisión y llevo el plato del desayuno a la cocina, salgo al porche y veo las maravillosas vistas de la nieve blanca sobre los árboles y cubriendo todo el suelo. Vuelvo a entrar, voy a mi habitación y cojo del armario una chaqueta bastante grande para que me abrigue bien, una bufanda y unos guantes para el frío. Cuando estoy regreso al porche y al volver a salir a fuera el aire frío me golpea y hace que me entre un escalofrío.

Una bola de pelo gris viene corriendo hacia mí, cuando llega a mi lado le pregunto -¿Vamos a dar un paseo?- él ladra contento con la idea.

Lo adopté después de estar una semana viviendo en mi nueva casa, fui a un refugio de animales en adopción y cuando estuve buscando con cuál quedarme un pequeño husky de ojos azules apareció ante mí y no dude en llevármelo.

Comenzamos a caminar hasta llegar al parque, al cual venimos todos los días. Me siento en uno de los bancos que hay alrededor mientras espero a que pase un rato y podamos volver a casa. Admiro lo bonito que está todo y sobre todo el ambiente de tranquilidad que me da este pueblo. Mi teléfono suena en el bolsillo de mi abrigo, lo cojo para contestar la llamada.

-Hola.- escucho la voz de Dylan, el cual me ha ayudado mucho estos últimos meses.

-Hola, ¿cómo estás?- le pregunto.

-Bien, algo mejor.- suelta una pequeña risa amarga y yo suelto otra.

-Me alegro de que estés mejor.- le contesto levantándome del banco.

- ¿Y tú, cómo estás?- me pregunta y yo suelto un suspiro.

-Bueno, también algo mejor y a veces pensando en quien tú sabes.- digo y esa persona vuelve a mi mente de golpe, aunque, a decir verdad, jamás se ha llegado a ir del todo.

-Sí, yo también veo que...- habla Dylan, pero no termina la frase, miro mi móvil por si se ha cortado, pero la llamada sigue activa.

-¿Dylan?- le pregunto volviendo a llevar mi móvil a mi oreja.

-Es mi madre, necesita que le ayude, así que tengo que dejarte, luego hablamos.- me dice y cuelga antes de que pueda contestarle.

Guardo mi teléfono otra vez en el bolsillo de mi abrigo y vuelvo a sentarme en uno de los bancos. Mi mirada viaja a un punto fijo y los recuerdos de lo sucedido vuelven a mi cabeza.


"Me subo al coche sin mirar atrás y arranco a toda velocidad. Con la vista nublada por las lágrimas, tiro la pistola en el asiento del copiloto, la cual me consiguió Jackson junto con mi nueva identidad para poder empezar desde cero en otro lado, avanzo por la oscura carretera hasta llegar al lugar de encuentro con Dylan.

Un coche negro, estacionado a un lado de la carretera, entra en mi campo de visión y a su lado apoyado en el capo aparece Dylan. Cuando llego me bajo del coche y este en cuanto me ve me abraza y yo vuelvo a romper en llanto nuevamente en el hombro de mi amigo.

-¿Qué ha pasado Deiton? ¿Qué has hecho?- me pregunta intentando separarme, pero me aferro a él lo más que puedo intentando buscar algo de consuelo en sus brazos.

-Lo que tenía que hacer, Dylan, lo que tenía que hacer para acabar de una vez con todo esto.- le confieso con una voz casi inaudible.

Dylan vuelve a abrazarme y hasta que no me recupero un poco él no me suelta. Me separo de él y ambos nos quedamos en silencio, asimilando lo que teníamos que hacer y lo que acababa de ocurrir.

Sensaciones entrelazadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora