Final (3/4)

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"1553 palabras"

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(Carlo)

"7, 8, 9 las pistolas se van descargando..."

Escupí la tierra que me había tragado con anterioridad y me levanté del suelo ignorando el punzante dolor que sentía en mi hombro izquierdo.

Me lo había lesionado al caer mal sobre él al saltar del coche en marcha.

Estaba en medio de la nada, solo se escuchaba el ruido de los animales y...

Un disparo.

Luego otro, y otro y otro.

Hasta que, nada, después silencio.

- Che cos 'era questo? (¿Qué fue eso?) - susurré para mi mismo mientras me limpiaba la tierra de mi ropa con las manos.

Saqué mi pistola y miré cuantas balas había en el cargador, 4, había 4 balas.

¿No se supone que el cargador estaba lleno?

Metí las manos en mis bolsillos y busqué las cargadores que había metido en el coche pero no estaban, no había ni rastro de ellos, se me deberían de haber caído al tirarme del coche.

Merda.

El ruido de un todoterreno aproximándose se hizo presente en el lugar, corrí hasta ocultarme en un árbol y saqué la cabeza por el lado de este para poder ver lo que pasaba a mi alrededor.

El todoterreno se paró justo delante mía, no sabía si me había visto o simplemente era casualidad.

Dos sujetos de rosa se bajaron de las puertas traseras del vehículo, el piloto y el copiloto seguían en su puesto.

Uno de los sujetos se acercó al maletero y lo abrió, al abrirlo se empezaron a escuchar maldiciones, gritos y lloros.

Esa voz, se me hacía muy reconocida.

Volví a meter la cabeza detrás del árbol al notar como alguien se giraba hacia mí.

- Creo que he escuchado algo - dijo uno de los sujetos de rosa.

- Será un amimal - contestó otro.

- Suéltenme, les pagaré lo que quieran - chilló aquella voz encerrada en el maletero.

- Cállate, Salinas - se escuchó el ruido de una bofetada y más insultos.

Solo tenía 4 balas, había 4 sujetos en el coche.

No podía fallar ningún tiro porque sino estaría muerto.

Me arrodillé en el suelo y empecé a gatear hacia un arbusto, con suficiente maleza para ocultarme en él sin ser visto.

Hice una voltereta hacia el arbusto y me metí de lleno en él, esperaba que no hubieran escuchado el ruido de las hojas al chocar contra mí.

- Te digo que hay algo ahí - volvió a decir la voz femenina de antes.

- Pues vete a mirar - contestó ahora una voz masculina y ronca.

Freccia del destino [Gustoni]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora