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- Bueno chavales, eso es todo por hoy... Pueden retirarse

Una vez que el alfa de cabello castaño habló, uno a uno de sus alumnos comenzó a abandonar aquel aula. Rubén respiró hondo dirigiéndose a su asiento no sin antes despedirse de uno que otro estudiante con un gesto de mano.

Era evidente que alfas, betas y omegas de la clase le tenían cierto estima ¿y cómo no iba a ser así? Si Rubén era de los profesores más jóvenes en la universidad de Karmaland, por lo que sus edades no distaban mucho en realidad.

Cuando el castaño llegó hasta su escritorio vio como una de sus estudiantes, una omega de coletas cobrizas e intensos ojos turquesa, se le acercaba con un sonrisa coqueta entre los labios.

- Profesor Doblas

La risueña voz de la chica llamándole junto al dulce aroma a durazno que desprendía llegaron rápidamente a los sentidos del alfa, quien mordió la parte interna de su mejilla antes de mirarle.

- ¿Sí Nieves? ¿Qué pasa? - Inquirió educadamente. La pelirroja amplió su sonrisa al quedar frente al escritorio.

- ¿Ya calificó mi reporte?

- Sí

- Y... ¿Me fue bien?... ¿O tendré que hacer trabajo extra?

Rubén decidió ignorar el hecho de que la pelirroja se había recargado por completo sobre el escritorio dándole una vista bastante... sugerente. En su lugar, se limitó a acomodar sus anteojos y suspirar.

- No lo sé la verdad... Pero seguramente para mañana tengan ya sus calificaciones

- Oh... - Pudo ver como la omega se apartaba desconcertada, más aquella expresión rápidamente fue remplazada por una sonrisa. - Esta bien, entonces... Hasta mañana profesor

- Nos vemos mañana, Nieves

Dicho esto la chica se dio media vuelta y comenzó su andar hacia la salida, no sin antes guiñarle un ojo al castaño.

Rubén rio mientras negaba; era su segundo año dando clases en la universidad y Nieves parecía no desistir de sus intentos por provocarlo, incluso cuando sabía que él...

Nuevamente movió la cabeza; tenía que ahuyentar esos pensamientos. Ya tendría tiempo más tarde para pensar ello.

Con eso en mente optó por aprovechar su descanso para seguir revisando los reportes que la noche anterior no había podido terminar de calificar. Así que sin perder más tiempo se acomodó sobre su asiento, abrió su portátil y se dispuso a trabajar.

...o al menos así lo hizo hasta que el sonido de la puerta del salón siendo cerrada con todo y llave llegó a sus oídos.

Su ceño se frunció mientras levantaba la mirada. - ¿Qué cojones...?

- Uis... Cuidado con ese vocabulario profesor... ¿Qué dirían mis compañeros si lo escucharan?

- De Luque... - Sus ojos rápidamente hicieron contacto con un par de orbes amatistas bien conocidas.

El omega de hebras azabaches sonrió con inocencia.

- El mismo...

Rubén se cruzó de brazos mirándolo con desconfianza. - ¿Qué haces aquí todavía? ¿No deberías estar en otra clase?

La sonrisa del omega se transformó en un adorable e infantil puchero. - Sólo quería decirle que lo extrañé mucho profesor Doblas... ¿usted a mí no?

- Samuel... - Masculló con tono de advertencia pues el pelinegro había comenzado a acercarse peligrosamente .

- ¿Qué?

𝔽𝕒𝕧𝕠𝕣𝕚𝕥𝕥𝕖𝕟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora