2º COLISIÓN: para siempre te protegeré.

Capítulo 33. Amelia.

Estaba temblando del miedo, y si aún no caía al suelo desmayada era porque la mano de Ronald apretaba la mía con fuerza como para no soltarme. Él se miraba imperturbable y miraba a todos a nuestro alrededor.

—Me quieren a mí no a ella. Déjenla ir, yo me quedo.

¿Qué ha dicho?

—Nada de eso, Romeo.

—Ya no es necesaria aquí, es a mí a quien han estado buscando ¿No?

— ¿A qué quieres llegar, protector?

Silencio total, solo se escuchaban los lamentos de Garrett en cuanto lo liberaron y se lo llevaron de la habitación. En eso, entró ese hombre de piel negra y calva que parecía muy divertido por la situación.

—Al fin en nuestras manos, protector —expresó el tipo de sonrisa estremecedora.

—Demius —lo llamó Ronald—. Estoy aquí, ahora déjenla ir.

Fruncí las cejas y Demius volteó a verme.

—Podría servirnos.

—A la mierda con eso —gruñó Ronald furioso—. Sabes perfectamente que no la ocupas.

¿Acaso no sabían que Ronald ya no era protector? ¿Por qué no les decía? Ronald ya no era parte de nada o...¿Todavía lo era?

—Uhm... es tentador.

—Yo soy al que quieren, Demius, ella no —remarcó Ronald, bajando la cabeza para verme.

— ¿Acaso es amor lo que huele en el aire? —se burla Demuis estúpidamente que hasta a mí me irritó.

Ronald me observó de nuevo y seguía sin soltarme la mano. Juro que con ese contacto de nuestras miradas me desarmó por completo.

—Muchachos, esposen al protector y liberen a su chica.

—Ni se les ocurra tocarla —advirtió Ronald mientras era esposado.

—Te doy mi palabra, después de todo era a ti a quien queríamos, protector.

Me alejaron de Ronald pero yo por instinto regresé a él.

—Ronald, no, tienes que decirles que tú ya no...

—Vete.

Me interrumpió sin verme a la cara.

—No, Ronald.

— ¡Vete, Aurora! —exclamó al alejarse de mí.

¿Qué era lo que estaba pasando?

—Creo que aquí ya se enfrió el amor —volvió a burlarse Demius muy divertido.