El Hijo del lord

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•mención de hombres embarazados.
•temas sensibles (no busco lucrar ni mucho menos sacar provecho de estos temas, mantengamos la ficción con la ficción y no mezclar con la realidad).

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Luna Lovegood vivía en su propia realidad todo el tiempo, en todo momento y en toda circunstancia.

Eso hasta que conoció a dos chicas bastante interesantes que pronto se volvieron sus amigas. Hermione Granger y Ginny Weasley.

Ginny era de su edad pero ambas eran de casas diferentes, aún así eso no les impidió formar un fuerte lazo de amistad. Gracias a sus visitas recurrentes a la casa de los leones, fue que Luna conoció a la chica de cabello esponjado, Granger.

Una noche como todas, las tres lograron escabullirse y fueron directamente a la casa de los gritos, Hermione había tenido una pesadilla por lo que las otras dos la abrazaron y me dijeron que todo estaría absolutamente bien.

Fue entonces que Granger confeso la situación en la que vivía y como sufría durante las vacaciones, Ginny también se abrió esa misma noche y confesó que su madre también era un insufrible, bueno, había comenzado a serlo ya hace un tiempo.

Luna angustiada por la vida de sus amigas, se ofreció a darles techo, su casa no era especialmente grande pero sus amigas estarían cómodas. Ginny rechazo la oferta ya que su madre podría encontrarla y meter en problemas a Luna y el señor Lovegood, sin embargo Hermione asintió sin titubear, no quería pasar más tiempo en su insufrible casa.

Luna le comento la situación a su padre por medio de cartas, él cual bastante comprensivo Accedió, incluso de regalo de Yule le envío un transportador a su hija para que se lo diera a Hermione y pudiera usarlo en verano. El plan ya estaba hecho. Pero Luna desconocía qué los padres Muggles habían quemado ese transportador y mucho más desconocía la situación en la que había terminado su amiga. Se encontraba ansiosa, preocupada y muy asustada.

—Padre, creo que cometí un error, debí decirle a las criaturas mágicas que protegieran a Hermione. —

Comunicarse por cartas estaba completamente prohibido, especialmente por que su padre le había comentado que su sistema de intercambio de mensajes entre ella y él tenían mientras estaba en howgarts era diferente a con otras personas, que por que había un hombre malvado que controlaba el intercambio de información. Por lo que enviar mensajes no era una alternativa.

—Padre, ¿que podemos hacer? —

Su padre le sonrió y coloco una mano en el hombro de su hija, mirándole con amor.

—No te preocupes, creo que finalmente la manada de lobos está unida nuevamente. —

Luna miró confundida a su padre. Este solo se limitó a sonreír.

—Te contaré una historia. —

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Prince manor

Después de que ambos padres le contaron a su pequeño hijo la verdadera historia y al menos unas cosas se aclararon, Harry aun tenía dudas sobre muchas cosas.