11° Capítulo

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Narradora: Mirabel

Justo cuando se fue T/N, mi madre me llevó a la cocina para hablar a solas.

Mirabel: Si todo era mi imaginación, ¿cómo me corté la mano? –pregunto mientras mi madre prepara la masa para hacer arepas– Yo nunca podría dañarle la noche a Antonio, ¿en serio es lo que crees?

Mamá: Lo que creo es que hoy fue un día difícil para ti –se acerca a mí mientras se limpia las manos–.

Mirabel: Eso no... –suelto un gruñido– Solamente cuidaba a mi familia, y tal vez no sea súper fuerte como Luisa o divinamente perfecta como la señorita perfecta Isabela y su hermoso cabello de ensueño –digo en tono burlón–  Pero ya no importa –suspiro y me apoyo en la encimera de la cocina–.

Mamá se pone a mi lado y Casita trae un arepa recién hecha. Ella la agarra y me la da.

Mamá: Ojalá pudiera verte como yo lo hago. Eres perfecta tal como eres –comenta mientras yo le doy un mordisco a mi arepa y ella me coloca un mechón de pelo detrás de mi oreja– Eres igual de especial que cualquier otro en esta familia.
Estoy segura de que T/N piensa lo mismo que yo, pregúntale.

Mirabel: No le voy a preguntar eso, pensará que soy una rara –miro mi mano que ya ha curado la herida que me hice antes– Tú sanaste mi herida con una arepita con queso.

Mamá: Sané tu herida con el amor por mi hija –agarra mi mano fuertemente– Con su maravillosa mente, lindo corazón, bellas gafas –se arrima más a mí mientras yo suelto sonidos de desagrado–.

Mirabel: Mamá... –digo mientras ruedo los ojos–.

Mamá: ¡Ay, te amo cosa linda! –besa mi mejilla–.

Logro separarme de ella sin ser brusca para volver a tomar mi tono serio de antes.

Mirabel: Yo sé lo que vi –me cruzo de brazos–.

Ella suspira y su mirada muestra signos de seriedad.

Mamá: Mira, mi hermano Bruno perdió su camino en esta familia. No quiero que te pase a ti –explica preocupada–.

No digo nada pero la miro preocupada.

Mamá: Ve a domir un poco, te sentirás mejor mañana. No se acuesten muy tarde T/N y tú.

Mirabel: Ok, mami –me despido de ella para salir de la cocina–.

Ahora tengo que esperar a T/N y ya es muy tarde. ¿Se habrá olvidado de que tenía que venir?

Al parecer sí tengo un don porque al pensar eso apareció en la entrada.

Mirabel: Al fin.

T/N: Perdón, algunos muebles no han llegado aún y mis padres estaban como locos –explica mientras se acerca a mí–.

Mirabel: No te preocupes, vamos.

Subimos las escaleras y entramos a mí habitación.

No me acordaba de que como Antonio consiguió su nueva habitación, quitaron su cama de la habitación que compartíamos.

Mirabel: ¿Te importa dormir en la misma cama? –pregunto un poco nerviosa–.

T/N: Para nada –responde con un leve rubor en sus mejillas–.

Mirabel: Salgo de la habitación para que te cambies de ropa, avísame cuando termines –me dirijo a la puerta–.

T/N: Recibido –pone una mano en su frente como un soldado–.

Sueños Frustrados (Mirabel X Fem Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora