Entrelazó sus manos con las mías y comenzó a besarme, tan delicado, tan sutil, hacía que quisiera más.
Soltó mi mano izquierda para llevar la suya a mi mejilla y acariciarla, para acariciar mi nuca, para bajarla a mi cintura y apegarme más a él.
Me brotó esa necesidad de ponerme encima suya y continuar besándolo, de moverme y acariciarlo. Solté la otra mano para llevar ambas a sus hombros para sostenerme, para agarrarme, para sentirlo cerca, para apretarme. Estaba olvidando todos los problemas que cargaba, todo lo que me causaba dolor, todas las preguntas, mi mente estaba impregnada y repleta de su esencia. Agarró con ambas manos mi cintura y apegó lo máximo posible nuestras caderas, sus dedos se iban deslizando por debajo de mi camiseta, acariciando los costados, tocando mi espalda, soltando mi sujetador y quitando por completo esta.
Nuestros labios se separaron, querían acariciar, tocar y besar otras partes de mi cuerpo comenzando por mi cuello, dirigiéndose a mi clavícula, bajando a mis pechos. Me recostó en la cama y continuó esas caricias con sus labios, ayudándose con la lengua a darme sutiles lamidas en los pezones. Mis respiraciones estaban comenzando a acelerarse, soltaba algún que otro pequeño jadeo aunque me tapase un poco la boca , quería que los escuchara, así que simplemente coloque mi muñeca encima. Sus manos acariciando mi cintura, deslizando la yema de sus dedos hasta llegar a mi pantalón el cual poco a poco fue quitando y al mismo ritmo que los quitaba, iba bajando sus labios, besando mis costados, besando mi abdomen, besando mi pelvis.
Agarré su cabeza y la intenté levantar.
(Ayla) - ¡No quiero que bajes más, me da demasiada vergüenza!. *Dije un poco alterada*
No me contestó simplemente agarró y levantó mi muslo derecho hacia mi.
(Lucifer) - Prometo no comerme aun esa parte de ti ¿Puedo comerme tus muslos a cambio?
Asentí con la cabeza, me sentía nerviosa, sentía que mi cuerpo comenzaría a temblar de un momento para otro. Él apretaba su mano a la vez que iba besando y dejando pequeñas marcas haciéndome saber que me estaba haciendo suya, dándome a conocer que solo él iba a hacerlo a partir de ahora.
(Lucifer) - Sabía que tú cuerpo era hermoso, pero verlo de esta forma me hace querer adorarlo, mimarlo y maltratarlo.*Dice dando un pequeño suspiro al final de la frase* - Eres tan lujuriosa...
Tan directo, me hace sentir tan tímida, tan querida, tan amada y todo en tan poco tiempo. Sus palabras me llenaban de seguridad, de confort, notaba emociones fuertes repetidas veces, era una sensación que me gustaría tener muy a menudo.
Con su otra mano agarró mi otro muslo y lo colocó de la misma forma, ahora tenía ambas piernas levantadas y él en medio.
(Ayla) - ¿Puedes cerrar las persianas? Me pone tímida qué me veas completa.
(Lucifer) - No, quiero verte. Me gusta tu desnudez, tu sencillez y tu cuerpo. Quiero verte al completo, quiero ver la obra de arte en la que te has convertido.
Tan vergonzoso, quité la almohada que tenía debajo de mi cabeza y me tapé con ella la cara.
(Ayla) - Lucifer... me gustaría mentirte pero no puedo... estoy muy nerviosa, se gentil...*dije avergonzada y tímida*
Retiró mi tanga y dejó ambas piernas mías a sus laterales, sus manos las cual subió a mi pecho, las deslizó sutilmente para ir acariciando y recorriendo mi cuerpo hasta llegar a mi entrepierna. Su mano derecha sostenía más mi muslo derecho para hacer un pequeño levante y así poder tener más acceso.
ESTÁS LEYENDO
Intensifícate y Hazlo
RomantizmContenido erótico. Esta historia entorna y habla de Ayla, una chica bastante peculiar y llena de deseos por todo lo relacionado con la fantasía y la espiritualidad. Recién terminada de graduarse en Literatura, Ayla empieza a darse cuenta de que no e...