No Importa Que... [Garucca] [Terminada]

Capítulos 34

Era momento de salir, la mejor forma de atacar era por la mañana. Así debían partir ahora. 
Era imprevisto, pero había una sola oportunidad de recuperar el imperio. 

Hace un par de horas que habían salido de Shina, ahora estaban descansando entre los árboles, en los últimos limites del territorio de Shina, pasarían por una pequeña parte de NItta, y llegarían al palacio. 

Aika: papá. [Dijo en susurro]

Había llegado desde sus espaldas, estando en Takeda, se encontraba en otro grupo distinto al de ellos. 

Takeshi: ¿Qué pasa? [Dijo incitándola a sentarse a su lado]

Aika: crees qué lo encontramos. [Pregunto, sentándose a su lado]

Gura: claro que si. [Respondió firme] Lo vamos a encontrar. 

Aika: ¿aun cuándo lo buscaban? [Medito por un momento] ¿Cómo sabemos si esta bien?

Nadie dijo nada, aquello les inquieto por el momento. Por una parte tenia razón, nadie supo darles razones de Garu, y hacia tiempo que no hablaban con él. Para ambos chicos, les era molesto que su hermano los estuviera evitando; suficiente tenían con todo el trabajo que sus abuelos les daban, como para no saber nada de él, sin duda, les era algo difícil de soportar.
Por otro lado, Takeshi nunca dejo de lamentarse por como lo había tratado, ya que por ello, su hijo se había alejado de él. Bien sabia que por un tiempo estuvo hablando con Sara a sus espaldas, no le molestaba, al menos tenia contacto con ella. Pero al menos quería arreglar las cosas con él, hablar como antes lo hacían; sentados en el sillón o incluso en una de las sillas del comedor de su casa en Shina, hablar durante un par de horas. Quería conocer su historia. Pero para eso debía encontrarlo primero. 

Takeshi: él esta bien. [Aseguro] Sabe cuidarse, conociendo a su hermano sabrá ingeniárselas.

/En el palacio/

A lo lejos bien podían ver como los hombres de Muji partían al norte, en busca de conquistar las aldeas más ricas del imperio. 
El plan estaba muy bien calculado. No podían fallar. 

Muji: ve hacer tu guardia. [Ordeno]

Garu: si señor. [Respondió de forma seria]

Como se lo había ordenado, se dirigió a los muros del lado sur, en los que un par de chicos, cercanos a su edad, le estarían vigilando, al igual que le mostrarían lo que necesitaba para sobrevivir bajo sus normas. 
El primer chico era Akiro, un samurái del linaje del clan Nakatomi, su piel es blanca, al igual que si cabello es claro. No es de una altura tan alta. A pesar de ser bueno con la espada, su arrogancia era lo que le hacia decaer en su progreso militar. El segundo chico era Yoshio, al contrario de su compañero, era un marcado, no solía decir su ascendencia, pero al juzgarlo bien, podría decir que se trataba de un miembro de Sasaki. 

Akiro: hasta que vienes. 

Yoshio: ¿Ya se fueron?

Garu: acaban de irse. [Hablo de la misma forma]

Akiro: bien entonces vamos. 

Los tres caminaron hasta llegar a los muros del lado sur. Debian subir por una de las torres, hasta llegar a lo que parecía ser un pasillo que conectaba con otra de las torres, había antorchas con las que podían iluminar el lugar, debajo de ellos se encontraba una de las grandes puertas que daban paso al palacio. 
Por un lado estaba el gran jardín del palacio, mientras que del otro se encontraba el bosque, en el que había un sendero justo en el centro que conectaba con la puerta. 

Akiro: carajo, que envidia. [Exclamo al ver la vista del lugar] Ellas con tanto lujo, y uno muriéndose de hambre. 

Yoshio: discúlpalo, siempre fue así. [Dijo, tras el comportamiento de su amigo]