¿Cómo comenzamos con esto?
Verán... tengo que admitirlo, no soy un hombre bueno con las palabras, no soy alguien al quien catalogarían como el alma de la fiesta y haría reír y hacer sentir bien a medio mundo, pero he tenido la necesidad de poner en alguna parte esta historia. No, no es algo del que me arrepienta, de hecho, cada vez que pienso en esto me retuerzo de satisfacción por la simple razón de que pude obtener todo lo que quería. Dicho esto, será mejor que empiece de una vez a narrarla.
Para empezar, ninguno de los nombres que utilizaré pertenece a las personas reales, esto con el objetivo de mantener mi identidad en secreto y proteger la identidad de los demás, aunque lo primero signifique no meter a aquel chico en mis problemas, para este caso, utilizaré el nombre de Max Mustermann para mi identidad dentro de esta historia. Sí, yo soy y seré el protagonista.
Pasó hace años, yo era un estudiante con educación secundaria que cursa a la educación media superior que quería ser (y actualmente ando estudiando para serlo) criminólogo, me encanta ver esas series donde intentan encontrar al criminal, ya sea mediante lo que dejó en la escena del crimen, pensando como esa persona o incluso analizando a cada uno de los sospechosos para ver cuál es más propenso de hacer el crimen. Yo tenía la edad de 16 y comúnmente platicaba con mis amigos sobre las cosas que nos gustaban, hasta incluso nos poníamos de acuerdo para traernos alguna consola portátil en los descansos y jugar entre nosotros, se podía decir que era un grupo normal, no llamábamos la atención de nadie pero tampoco atraíamos malhechores.
Como no hay uniformes, desde que estuve en mi último año de educación secundaria mis padres me obligaron a siempre traer puesto un traje negro con corbata azul, por tanto, llamaba la atención entre los demás, pues seguíamos siendo niños o adolescentes, y era bastante común que aquellos que no fueran de mi clase me consideraran más mayor, por lo menos, un año.
No recuerdo exactamente cuando pasó, pero recuerdo que por lo menos a principios de año, una chica a la que siempre veía pero nunca le había hablado me empezó a ser más atractiva que de lo habitual, me embobaba con ella, tenía interés en conocerla más a fondo, y justo cuando se dieron cuenta mis amigos que veía en mayor medida a ella que a ellos, fue cuando se dieron cuenta que yo estaba enamorado.
No fue algo que les disgustara, ellos eran bastante enamoradizos, el problema era que ellos no me podían ayudar (y viceversa) porque ninguno ha tenido experiencia con ligarles a las chicas, éramos bastante cobardes como para apenas hablarle a las que nos gustaba, pero yo no iba a dejar el asunto a medias, no me gustaría enamorarme de una chica y dejarla pasar sin siquiera saber cuál era su nombre.
De las horas donde la podía ver, ya que ella era de educación secundaria II, me daba información sobre en donde tomaba ella sus clases, pues al ser varios alumnos dentro de una misma escuela (de 12 a 19 años) habían varias aulas, siendo estas comúnmente para un grupo específico de alumnos, aparte, ella no tenía un horario específico, por lo que apenas logrando identificar a que aula iba y quienes eran sus maestros, decidí aprovechar en una de las pausas que tenía y salir temprano de mi salón para ir al salón al que ella había entrado.
Esperé afuera de este, sentado debajo de la ventana, con mi espalda pegada a la pared del aula y viendo al otro grupo en frente de mi por su propia ventana, rezando con que la lista no la hubieran dado al principio de la clase y afortunadamente no fue así, y tomando turnos para pararme ligeramente del suelo, viendo sigilosamente la clase con algunos términos que yo no entendía, finalmente logré conseguir su nombre. Se llamaba Erika, poder lograr saber su nombre fue un gran logro para mí, aunque actualmente sólo hubiera ido con ella para preguntarle quien era, en mi mente de adolescente pensaba que si lo hacía me calificaría como un acosador suyo.
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Notas de un Adolescente Lunático
Short StoryTe encuentras leyendo un texto desconocido para ti desde el inicio hasta el final, pareciera que se tratara de una persona narrando de sus dramas amorosos adolescentes en algún colegio alemán, más allá de simplemente ganarse el amor de una dama, sin...