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Una vez en el jardín, Jungwon me dió su campera por la helada brisa que había comenzado a ambientar.
Cerré mis ojos disfrutando del olor a las plantas hasta abrirlos y observar a Jungwon.

Tal vez es hora de dejar ir mis sentimientos.

— ¿Cómo estás con Eunji?

— Terminé con ella. — respondió.

— ¿Enserio?

— debería alegrarte. — contestó.

— Bueno.. lo hace pero — interrumpida.

— No estás al tanto pero los rumores falsos sobre ti, ahora pasaron a Eunji y ella recibe todo el odio.

— wow... — Murmure sin palabras.

— Recibió lo que merecía.

— ¿No te molesta? — pregunté mirándolo.

— Ni un poco. — respondió.

— Pero ella te gustaba. — Susurré.

— Estoy seguro que encontraré a la chica ideal pronto — comentó desviando su vista a Tn.

Aguanté mis nervios y golpeé su hombro con delicadeza mientras sonreía.

— Nadie querría a alguien como tú.

— me ofendes. — comentó riendo leve.

Apoyé mi cabeza en su hombro y otra vez cerré mis ojos.

— te enfermeras estando aquí.

— La habitación es muy fría, es lo mismo. — murmure sin ganas.

— Vamos Tn.

Suspiré hondo y me levanté con su ayuda para volver a sentarme en la silla, Jungwon me llevo a la habitación donde me acosté.

— A ver. — Susurró apagando la luz.

Jungwon caminó hacia la camilla y se metió entre las mantas para terminar abrazando a Tn.

— Te haré caricias hasta que te duermas. — Murmuró.

Agradecía el esfuerzo que ponía Jungwon para verme mejorar pero las horas pasaron y no podía conciliar el sueño.
Mantenía mi cabeza apoyada en el pecho de Jungwon mientras recordaba cortos momentos en esa infernal casa, en la escuela o hasta en lugares públicos.

Elevé mi mirada admirando lo lindo y tierno que se veía Jungwon durmiendo para acariciar su cabello y sonreír de lado.

— será difícil negar mis sentimientos. — Susurré.

.   .   .

A la mañana siguiente, tomé mis pastillas y me dieron un extenso desayuno saludable.
Eran tantos platos con proteínas que no sabía por dónde empezar...

— ¿No deberías ir a casa? — pregunte tomando el plato de ensalada.

— Si pero mamá sabe tu situación asique iré para buscar ropa o algo más.

— También tienes clases. Las clases son importantes. — contesté masticando.

— Tú también lo eres.

Dejé de masticar para empujar su brazo con lentitud y fruncir mi seño.

— Debes ir a la escuela. No puedes faltar. — contesté.

— Sabes que por más que me digas eso, no iré. — Murmuro.

— Lo sé. — suspiré hondo.

Acomodé mi cabello y seguí disfrutando de la comida.

𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄   | yang jungwon & tn |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora