Antes de que alguien pudiera decir algo más, todo comenzó a sacudirse y desmoronarse al rededor y escucharse unos quejidos, seguidos de unas risas.
—Espera, no tienes que sacudirme —dijo aquel vendedor entre risas — vas a hacer que se me olvide lo que sigue de la historia, alto.
El/La cliente le soltó mirándole preocupado, el vendedor simplemente soltó una risa y en sus ojos azules le vieron con una leve diversión e inocencia.
—Te dije que todo iría bien, sé que te preocupaste por aquel ladrón, pero nada malo le pasara, te lo juro, bueno no algo que sea muy cruel —Nuevamente fue sacudido — no siempre las historias son como las cuentan, hay cosas que van más allá de mi memoria, además no estuve ahí para dar valides a lo que pasó ahí.
La persona hizo un puchero y le dio la espalda al vendedor, quien solo suspiro algo nervioso y giro alrededor de la persona juguetonamente.
—Si de algo te sirve, déjame decirte que durante 5 meses el ladrón pudo ayudar a la gente del lugar, sacando cosas valiosas y entregándoselas a las personas más necesitadas —sonrió más eso no pareció levantar el ánimo de quien le acompañaba— ¿Quieres saber si el sultán dejó de estar enojado con el verdad? —la persona asintió mirándole de reojo — Pues... Siendo te sincero aún le tiene cierto resentimiento por lo de esa vez.
La persona alzó una ceja, el vendedor supo en ese momento que había hablado de más.
— ¡Solo lo digo, cualquiera estaría enojado si supiera que su pareja coquetea con alguien que no es él! —cubrió su boca rápidamente— O-Olvida eso, bien continuado con el relato, ¿tienes curiosidad por saber sobre aquella persona sombra? —El/La asintió — quería pagar una deuda.
De la nada algo del puesto se cayó haciendo un escándalo, asustando a la pobre clientela, quien miraba a los lados buscando a alguien mientras el vendedor soltó una sonora risa.
—Creo que me estoy adelantando un poco, sabes para algunos no es fácil aceptar sus buenas acciones y piensan que no merecen nada bueno en la vida, a pesar de que es lo contrario, puede que uses maneras corruptas, pero haces un bien para la humanidad, eso no es ser malo, no por qué no puedas sentí lo mismo que lo demás te hace menos humano, el sultán lo aprendió por las malas, cuando tuvo que perderle —cerró sus ojos un momento — es difícil separarte de lo que te hace feliz y te hace experimentar cosas nuevas —le dirigió una mirada y sonrió — no me hagas mucho caso.
El vendedor se dirigió a su puesto y tomó una lámpara, sonriendo mientras enséñala el objeto.
— ¿Has oído de los genios? Son muy difíciles de conseguir, pero no imposible, pero ¿sabías que hay genios muy extraños y en forma de animal?, estos son los más leales y serviciales, por ello son los más difíciles de encontrar, el amigo del ladrón encontró uno, pero no uno cualquiera si no uno en forma de Tigre blanco.
El joven entregó la lámpara viendo como su acompañante la frotaba con intensidad esperando que algo saliera, haciéndole reír.
—Lamento decirte que ese Tigre ya ha abandonado su hogar, pero eso no quiere decir que su historia se olvidó, gracias a ese Tigre el ladrón tuvo una grata o puede ser una no muy grata experiencia — El/la clientela ladeo la cabeza sin entender— bueno... ¿Alguna vez has tenido el sexo opuesto?
Preguntó como si fuera lo más natural del mundo, teniendo una gran expresión de miedo e incomodidad y duda de su acompañante pero antes de que se dieran más ideas aclaro.
—Mira, sé que dije que el ladrón podía engañar con su figura que era una chica sin mucha... Mucho volumen, su voz no era un problema, hay mujeres que tiene voz como de chico y no soy quien para juzgar, una chica linda puede tener una voz de chico y nada se puede hacer o un chico una voz de una chica, te confunde más si solo escuchas la voz o ves tu apariencia, a más de una persona le ha pasado, es como conmigo.
Se ocultó tras una cortina del puesto y cambió un poco su voz, sonando algo femenina.
—Puesto hacer esta voz y tú pensarás que soy una chica, más si te digo que tengo cabello naranja y algo largo amarrado en una trenza, ojos de un hermoso reflejo de un oasis, y estatura pequeña, pensaras que soy una chica, e incluso si me muestro ante ti —regreso a su lugar volviendo a su voz — y ahora soy un chico común, pero si no hablo vuelvo a pasar por un chico, ya entiendes el punto, eso espero, a lo que quiero llegar, es que en cierto tiempo el ladrón no tuvo que fingir ser una chica, puesto que... Se volvió una.
Soltó risas nerviosas, a lo que el/la cliente le vio como si le hubiera crecido una segunda cabeza, estaba loco, eso era su pensamiento.
—Lo sé, improbable, pero gracias a eso el sultán se enamoró más del joven o al menos eso es lo que se cuenta, aunque para mí solo fue una razón más para odiare y alejarse entre los dos.
Como si recordará algo la persona le vio interrogante, a lo que su acompañante, solo sonrió comprendiendo.
—Tranquil@ el sultán nunca le mataría, pero sí estuvo enojado y evitando al ladrón durante esos meses, él no le mataría, pero otras personas sí, unas que solamente creyeron que sería un estorbo en sus planes.
El joven miró las estrellas y sus ojos azules como un claro oasis se volvieron café rojizo, sorprendiendo a la persona. El vendedor soltó una risa amarga y le dio una sonrisa mal fingida a su acompañante.
—A veces el tener ratones puede causar problemas y más si es una plaga, a veces estas pueden morderte y llevarte a la muerte, tal y como pasó con aquel Ladrón, nunca debes confiar en las personas aunque tampoco en tus recuerdos.
Si encuentras alguna falta de ortografía o gramática agradecería que me lo mencionaras en un comentario.
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Noches en Arabia
FanficDéjenme contarles una historia, pero no una cualquiera,si no una que se sitúa en las más calorosas y peligrosas arenas del desierto, donde en un descuido, puedes perderte, entre todo aquel lugar un reino había, donde el sultán era muy bien respetado...