Diario de Sueños y Pesadillas

15/04/2022

Me encontraba en un salón de clases. Yo me había quedado profundamente dormido mientras escuchaba la canción La casa desaparecida de Fito Páez con mis audífonos, pero aun estando dormido era capaz de "ver" cómo es que entraban al aula una profesora de mediana edad y dos alumnos jóvenes, quienes al verme dormido, tomaban uno de mis audífonos, riéndose al escuchar la letra de la canción que escuchaba.

Yo tenía luego un sueño dentro del sueño, en el que visionaba un desierto donde un hombre calvo y fornido meditaba desnudo frente a una pirámide flotante con un ojo en su centro. La pirámide anunciaba con voz femenina que ya estaba "lista" la quimera creada por ese hombre, quien salía de un trance, mencionando alegremente que la labor de su proyección astral consistente en construir una ciudad en las nubes ya había sido terminada.

Yo interpretaba (aun estando dormido) que esa ciudad en las nubes era un símbolo de la imaginación y creatividad de una persona, la "quimera" a la cual se referían esos dos personajes. Había sido construida por tres hombres calvos idénticos al que meditaba.

Despertando de mi sueño dentro del sueño, me daba cuenta que la profesora y los dos alumnos estaban mirando algo por la ventana. Yo me acercaba a uno de ellos, que era rubio, alto, un tanto regordete y vestido con una casaca de cuero negro, como un motociclista. Al volver su rostro en mi dirección, yo descubría que tenía sus labios cosidos con un alambre.

Además, su rostro tenía un aspecto extraño, como si hubiese sido reducido, luciendo un tanto pequeño en comparación con el resto de su cabeza. Yo miraba por la ventana, y descubría que en medio de un barrio de la ciudad se hacían fogatas, construyéndose también de la nada unas casas de estilo antiguo, de tipo medieval.

Yo le preguntaba al chico rubio si acaso allí le habían cosido los labios y reducido el rostro. Obviamente, él no podía responderme, así que yo le indicaba que asintiera con la cabeza si las cosas habían sucedido como yo decía.

Pero él seguía sin reaccionar.