Desde que tenia uso de la razón recuerda haber amado los documentales de asesinos con trastornos mentales. Sus actitudes, sus movimientos y como todo era movido de acuerdo a sus intereses sin que nadie lo notara era algo que despertaba en él un interés por entrevistarlos.
Los colores en la vida de estas personas era algo llamativo, por veces grises, por veces blancos y por veces negros. Todos los señalaban como un color opaco, un color sucio y manchado que no podía limpiarse. Pero él creía de pequeño con firmeza que aquello no era tan complicado y por eso, se vio envuelto en ese mundo donde Choi San habitaba.
A él le hubiera gustado conocer al niño más a fondo antes de tomar aquel caso. Estaba confiado para ser sincero, sus casos (la mayoría de ellos, casi el 90%) eran resueltos de manera satisfactoria dentro del tiempo límite que le establecían en la cede central del FBI de California. Sus viajes pocas eran pospuestos por pequeños inconvenientes que no tardaban más de una semana en ser resueltos, era uno de los mejores agentes pese a su corta edad y por ello, casos grandes y complicados eran confiados a él y a su equipo. Pero ahora, miraba con una mueca en su rostro y su labio mordido de tantas veces que sus dientes lo tomaron para evitar lanzarse al menor bajo su cuerpo una vez más.
A él entonces, le hubiera gustado que San viniera con un tráiler incluido. Que unos papeles como anexos le fueran entregados sobre su escritorio donde aclaraban lo peligroso que era el menor, lo adictivo que resultaba ser. A Wooyoung le hubiera gustado que Choi San trajera una advertencia sobre lo peligroso que era.
El menor volvió a gemir cubriendo su boca con una de sus manos cuando sus caderas se mecieron hacia abajo nuevamente, le gustaba, era adictivo escucharlo tratar de gemir su nombre mientras evitaba su mirada, tan lindo.
-Woonie... Espera- suplicó el menor encorvando su espalda y lanzando su cabeza hacia atrás cuando sus labios volvieron a unirse, esta vez más demandante que las veces anteriores, no quería escucharle. Choi San correspondió el beso una vez más sin dudarlo, envolviendo sus manos al rededor de su cuello para atraerlo más a su cuerpo, abriendo su boca mientras dejaba que su lengua lo penetrara hasta hacerlo sentir en su garganta y entonces, el menor envolverla con sus piernas su cintura y lo atraería más, no queriendo separarse- Dios...
Se veía desastroso, tan jodido, tan bien besado que lo estaba sacando de quicio. ¿Por qué mierda Choi San le resultaba tan adictivo? No podía encontrar una respuesta por más que buscará alrededor de su pregunta, solo andaba en círculos. Choi San era hermoso, era tierno y era sexy, era una combinación que atraía miradas por doquier, le resultaba increíble aquello. Pese a que Jason, Mikey, Heesung y Was tuvieran el mismo cuerpo o el mismo rostro, ninguno de ellos despertaba ese sentir en su cuerpo como lo hacía el mismo Choi San.
Toda la sangre bajaba a su zona sur cuando lo veía, tan apetecible bajo su cuerpo mientras posaba solo sus pantalones de pijama, su camisa había sido lanzada por algún lugar de su habitación, pero si era sincero, aquel dato no le podía importar menos cuando el menor lo empujó lejos de su cuerpo y cambiaba posiciones, lanzándose sobre sus caderas mientras hacía su espalda reposar en el colchón.
-Choi San- lo llamó con un suspiro al sentir su ropa interior siendo despojada de su cuerpo, el menor alzó su vista desde su ombligo donde estaba dejando suaves besos y confirmo que seguía con San, entonces no comprendía de donde salía tanta fuerza y fogosidad por parte de este- ¿Quién demonios eres?- preguntó con un gruñido. El menor soltó una suave risita mientras acariciaba su miembro de manera distraída.
-Soy Satán, Woonie hyung- había soltado.
Quizás debió haberle prestado atención a esas palabras, pero la boca del menor tomando su miembro tan bien y tan profundo hicieron que su cabeza se desconectara por completo. Gimió alto y sus manos sostuvieron la cabeza del menor no queriendo que este se separara, aunque parecía que el menor no pensaba hacerlo. Cerró sus ojos y gimió cuando la lengua hizo acto de presencia y hasta entonces, pareció reaccionar.
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🅃🄷🄴 🄱🄾🄾🄺: ᴏᴘᴇɴ ʏᴏᴜʀ ᴍɪɴᴅ!
FanfictionVersátil!Couple. Abre el libro que te lleva al paraíso de las historias, abre tu mente, siéntate, lee y disfruta.