A Little More Jenlisa - One Shots

Esperar por ti pt.2

Desperté como cualquier otro día, todo estaba perfectamente normal. Esperaba ver a Lisa más tarde, cuando ella terminara con sus clases, entonces podríamos sentarnos bajo el árbol al centro de la calle y dibujar o leer algún nuevo libro.

Canturreaba mientras preparaba todo y pensaba en que pronto vería a la chica rubia. Pensé en bajar a desayunar; bajando las escaleras pude ser capaz de percibir voces en la cocina, no sabía que mamá tendría visita. Me acerqué cautelosamente, vi a mi madre cocinando y hablando animadamente con un sujeto al que nunca había visto en mi vida.

—Jennie, que bueno que estás despierta —mamá se percató de mi presencia y se giró hacia mí con una enorme, pero extraña sonrisa en su rostro.

—Buenos días —saludé algo dudosa.

No estaba segura de qué, pero se sentía un ambiente fuera de lugar, como si algo no estuviese marchando bien.

—Ve al comedor, en un momento llevaremos el desayuno —dijo mi mamá —. Joshua te ayudará a poner la mesa —le sonrió al muchacho.

El chico de nombre Joshua me siguió hasta la mesa del comedor y entre los dos nos encargamos de colocar los platos, vasos, cubiertos y servilletas.

Él tenía este aspecto pulcro y un aura "radiante", estaba usando pantalones de vestir, zapatos elegantes y brillosos, y un chaleco de vestir color café encima de una camisa blanca de manga larga y botones; también parecía que había vertido todo el bote de gel sobre su oscura cabellera y la llevaba en una plasta peinada al lado derecho. Sus cejas pobladas resaltaban en su rostro junto con su mandíbula cuadrada y afilada. No pude evitar pensar que él era todo lo contrario a Lisa, la chica más linda que mis ojos habían visto, con sus orbes marrones resplandecientes, sus labios llenos, su sedoso cabello dorado y sus suaves y delicadas facciones. Ella era muchísimo más agradable a mi vista.

—Siéntense, ya voy a servir la comida —mi mamá entró al comedor con el sartén y una espátula para poner los pancakes en los platos.

Estando los tres sentados, comenzamos a comer. Estiré mi mano para alcanzar el jarabe de maple, da la casualidad que Joshua hizo lo mismo y nuestras manos terminaron chocando.

—Tú primero —dijo Joshua sonriendo de una forma innecesariamente amplia.

Mi mamá nos observaba sonriendo como si nuestra interacción fuera la cosa más fascinante del mundo.

—Me encanta que se lleven bien —comentó mamá.

Ni siquiera le he dirigido la palabra a este desconocido, ¿cómo podría decir que nos llevamos bien?

—No quiero sonar grosera, pero ¿quién es él? —pregunté.

—Tu novio —respondió mi madre con un tono super casual.

—¿¡Mi qué!? —exclamé perpleja.

Mamá ignoró mi desconcierto y siguió desayunando como si nada. Aparentemente yo era la única que estaba anonadada con la situación y repleta de preguntas que posiblemente no iban a tener una respuesta en concreto.

Cuando el desayuno concluyó, mamá nos empujó a Joshua y a mí para salir a caminar y charlar para conocernos más; cosa que creo yo es algo que se hace antes de empezar una relación y no luego de soltarte la bomba de que tienes un novio del cual no conoces ni su apellido.

—Eres muy bonita —dijo Joshua enroscando su brazo con el mío.

Lo sé, Lisa me lo ha dicho muchas veces.

—Gracias —respondí con la sonrisa más forzada que he tenido que usar en toda mi vida —. Sé que mi madre no me va a responder y por eso te voy a preguntar a ti. ¿Cómo sucedió todo esto?