Capítulo 7

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Daniel

-¡¿Y yo qué quieres que haga?! -río viendo a Lorena dentro del lago en el que estamos haciendo piragüismo.

-¡Que me saques de aquí! ¡Que me has tirado tú, estúpido! -grita intentando subir de nuevo a la piragua.

-¿Yo? -me ofendo llevándome la mano en el pecho, fingiendo sorpresa.

-Gilipollas -ríe mirándome-. Ayúdame, anda.

Entre risas, la ayudo a subir de nuevo a la canoa y nada más sentarse, me empuja a mí para que caiga al agua.

-Pero serás... -digo desde el agua mientras me río.

-Quien ríe el último ríe mejor, guapo -dice riendo, para empezar a remar dejándome atrás.

-¡No, pero espérate! -grito al ver como se aleja.

-No te oigo -bromea sin dejar de remar.

-¡Lorena! ¡Estate quieta por Dios te lo pido! -vuelvo a gritar mientras intento nadar para alcanzarla.

-¿Decías algo? -continúa bromeando.

Sonrío para mí mismo, agachando la cabeza y dejando de nadar al darme por vencido.

-Nena, déjame subir a la piragua por favor -ruego, provocando que Lorena sonría y dé la vuelta para buscarme.

-¡Lorena Martínez y Daniel Oviedo! -se escucha por la megafonía del campamento-. ¡Todo el grupo ha llegado ya a la orilla hace veinte minutos! ¡Haced el favor de volver antes de que os castigue!

Rápidamente llegamos al muelle donde tenemos que dejar las piraguas y nos quitamos los chalecos salvavidas para encontrarnos con el monitor que nos ha llamado la atención.

-¡Daniel y Lorena! ¡A mi cabaña ya! ¿Me vais a explicar qué estabais haciendo? -nos regaña Hugo con un notable cabreo encima-. ¿En qué pensabais?

-Lo sentimos, ha sido culpa mía. Creí que sería divertido tirarle al agua -se disculpa Lorena mirándole  avergonzada.

-¿Tirar a un compañero al agua es divertido? -pregunta cruzándose de brazos.

-Supongo que no -contesta Lorena agachando la cabeza.

-Pero que no ha sido culpa suya. He sido yo, que como soy gilipollas me he caído. Lorena no ha tenido nada que ver -digo mirando al monitor, haciendo que Lorena me mire sorprendida-. Si tienes que castigar a alguien, que sea a mí.

-¿Te ha tirado o te has caído?

-Me he caido/le he tirado -contestamos Lorena y yo a la vez.

-Emm... Me he tirado -digo tocándome la nuca torpe.

-Te has tirado -repite Hugo en tono divertido.

-Me apetecía un chapuzón -digo mirándole de nuevo.

-Vale, parejita -sonríe mirándonos a los dos-. No os voy a castigar porque el campamento está para divertirse, pero que no vuelva a ocurrir -dice sentándose en la silla de su despacho-. Ahora id a las habitaciones a ducharos y cambiaros. La cena se servirá en cuarenta minutos.

Salimos de la cabaña del monitor y nos quedamos en la puerta mirándonos el uno al otro, hasta que nos echamos a reír.

-Eres gilipollas -dice Lorena mientras ríe-. "Me he tirado. Me apetecía darme un chapuzón." -me imita con tono burlón sin dejar de reír.

-Deberías agradecérmelo, te he salvado de un castigo -digo mirándola con una sonrisa-. Vamos con los demás, anda, que no nos va a dar tiempo a ducharnos.

Sin decir nada más, nos dirigimos a la cabaña que comparten Lucía y Lore, ya que es donde hemos supuesto que estarían todos esperándonos. Tal y cómo esperábamos, al entrar nos encontramos con Lucas, Jesús y Lucía hablando en las camas.

-¿Qué os ha dicho? ¿Os ha castigado? -pregunta Lucas cuando nos ve aparecer.

-Pregúntaselo a él -ríe Lorena entrando al baño.

-Ni puta gracia -me enfado, haciendo que vuelva a salir y se aceque a mí-. Encima de que te salvo el culo.

-Si, eso es verdad. Muchas gracias -sonríe dándome un beso en la mejilla.

-Sigo enfadado -digo con intención de que me dé otro beso.

Veo cómo se acerca a darme un beso en la mejilla, pero a mi eso me va a saber a poco así que decido jugar una de mis mejores cartas: la del despiste. Justo cuando se acerca a mí, giro la cabeza y llevo una mano a su nuca para besarla los labios con autoridad. Llevamos casi un mes de lío sin que nadie se entere y me estoy empezando a cansar de esta tontería. La idea del amor prohibido puede resultar muy atractiva y divertida al principio, pero se empieza a hacer desesperante.

Al principio parece que no se lo espera, pero al segundo sonríe contra mi boca y me sigue el beso con ganas, ignorando por completo que todos nuestros amigos estén presenciando la escena.

-Joder -escucho decir a Jesús cuando nos separamos-. ¿Qué coño ha sido eso? -pregunta, mientras Lorena y yo seguimos mirándonos a los ojos sin prestar atención al resto.

No tarda mucho en volver a la realidad y agachar la mirada con algo de vergüenza, separándose de mí al instante.

-Voy a ducharme -informa encerrándose en el baño sin decir nada más.

Me quedo plantado en mitad de la habitación, mirando al frente mientras pienso en lo que acaba de pasar. Necesito un cambio en nuestra relación, seguir así me está matando.

-Dani, ¿estás bien? -se preocupa Lucas.

-¿Eh? Sí, sí. Me voy a... a duchar. Sí, a duchar -decido saliendo de la cabaña para ir a la mía-. Luego nos vemos.

Jesús

-Vamos -ordena Lucas mirándome-. Luego nos vemos, Lucía -dice mientras nos dirigimos a la puerta.

En silencio y en menos de diez segundos, entramos en nuestra caseta y vemos a Dani tumbado en la cama boca abajo, con la cabeza contra la almohada, y sin camiseta.

-¿Estás bien? -pregunto sentándome en la cama de al lado junto a Lucas.

Pero no obtengo respuesta, lo único que escucho son los sollozos de mi gemelo contra el almohadón.

-Dani tío, ¿qué te pasa? -vuelvo a preguntar preocupado-. Ni que se hubiera muerto alguien.

-Nada -contesta llorando a lágrima viva sin separarse de la almohada.

-Venga tío, somos tus hermanos. Bueno, yo no hermano de sangre pero al fin y al cabo, hermanos. Cuéntanoslo -dice Lucas con tono duro, provocando que Dani se siente en su colchón, frente a nosotros.

-¿Qué te pasa? -vuelvo a preguntar cuando veo que intenta dejar de llorar sin resultado.

-Que la he cagado -solloza sorbiéndose los mocos como un niño pequeño.

-¿Por qué? -digo extrañado por su respuesta.

-Porque me he enamorado -llora como nunca le había visto llorar, dejándose caer de nuevo en la cama.

Siempre Tú [RESUBIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora